¿Cuál es la probabilidad de que haya vida inteligente en el multiverso?

Un nuevo modelo calcula las posibilidades de la existencia de seres inteligentes en nuestro universo y más allá.

Por Enrique Coperías

Esta imagen del Hubble muestra un sistema estelar triple, que puede albergar planetas potencialmente habitables. Nuestro vecino estelar más cercano, el sistema Alfa Centauri, incluye tres estrellas. Crédito: NASA, ESA, G. Duchene (Université de Grenoble I) / Procesamiento de imágenes: Gladys Kober (NASA/Catholic University of America)

Las probabilidades de que surja vida inteligente en nuestro universo —y en cualquier otro hipotético más allá de él—pueden estimarse mediante un nuevo modelo teórico que tiene eco de la famosa ecuación de Drake.

Esta fue la fórmula que el radioastrónomo estadounidense Frank Drake, por entonces director del SETI, ideó en la década de 1960 para calcular el número de civilizaciones extraterrestres detectables en nuestra galaxia, la Vía Láctea.

Más de sesenta años después, astrofísicos dirigidos por investigadores de la Universidad de Durham, en el Reino Unido, han elaborado un modelo diferente que, en cambio, se centra en las condiciones creadas por la aceleración de la expansión del universo y la cantidad de estrellas formadas.

Recordemos que la aceleración de la expansión del universo es el fenómeno por el cual el universo no solo se está expandiendo, sino que esa dilatación está aumentando su velocidad con el tiempo. Es decir, las galaxias se están alejando unas de otras, pero lo hacen a un ritmo cada vez más rápido.

La búsqueda de vida inteligente en el multiverso

Los cosmólogos creen que esta expansión está siendo impulsada por una misteriosa fuerza llamada energía oscura. Aunque la naturaleza exacta de esta aún se desconoce, se piensa que constituye aproximadamente el 68% del contenido total del universo y actúa en contra de la gravedad, lo que impulsan la aceleración de la expansión.

Dado que las estrellas son una condición previa para la aparición de la vida tal y como la conocemos, el nuevo modelo podría utilizarse para calcular la probabilidad de que se genere vida inteligente en nuestro cosmos y en un escenario de hipotéticos universos diferentes, esto es, el multiverso.

La nueva investigación no intenta calcular el número absoluto de observadores, esto es, de vida inteligente, en el universo, sino que considera la probabilidad relativa de que un observador elegido al azar habite un universo con propiedades particulares.

Un caso inusual en el multiverso

Concluye que un observador típico esperaría experimentar una densidad de energía oscura sustancialmente mayor que la que se observa en nuestro propio universo, lo que sugiere que los ingredientes que posee lo convierten en un caso raro e inusual en el multiverso.

El planteamiento presentado en el artículo consiste en calcular la fracción de materia ordinaria convertida en estrellas a lo largo de toda la historia del cosmos, para distintas densidades de energía oscura.

El modelo predice que esta fracción sería de aproximadamente el 27% en un universo que sea más eficiente en la formación de estrellas, en comparación con el 23% alcanzado por nuestro propio cosmos.

La ecuación de Drake, que identifica los factores específicos que, se cree, tienen un papel importante en el desarrollo de las civilizaciones. 

El impacto de la energía oscura en nuestra existencia

Esto significa que no vivimos en el universo hipotético con las mayores probabilidades de generar formas de vida inteligentes. O en otras palabras, el valor de la densidad de energía oscura que observamos en nuestro cosmos no es el que maximizaría las posibilidades de vida, según el modelo

«Comprender la energía oscura y el impacto en nuestro universo es uno de los mayores desafíos de la cosmología y física fundamental», dice Daniele Sorini, del Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham, y autor principal del estudio, en una nota de prensa emitida por la Royal Astronomical Society.

En palabras de Sorini, «los parámetros que gobiernan nuestro universo, incluida la densidad de la energía oscura, podrían explicar nuestra propia existencia. Sin embargo, sorprendentemente descubrimos que incluso una densidad de energía oscura significativamente mayor seguiría siendo compatible con la vida, lo que sugiere que es posible que no vivamos en el universo más probable».

La energía oscura hace que el cosmos se expanda más rápido

El nuevo modelo podría permitir a los científicos comprender los efectos de las diferentes densidades de energía oscura en la formación de estructuras en el universo y las condiciones para que se desarrolla la vida en el cosmos.

La energía oscura hace que el cosmos se expanda más rápido, equilibrando la atracción de la gravedad y creando un universo donde tanto la expansión como la formación de estructuras son posibles.

Sin embargo, para que se desarrolle la vida, tendría que haber regiones donde la materia pueda aglutinarse para formar estrellas y planetas, y tendría que permanecer estable durante miles de millones de años para permitir que la vida evolucione.

La investigación sugiere que la astrofísica de la formación estelar y la evolución de la estructura a gran escala del Universo se combinan de forma sutil para determinar el valor óptimo de la densidad de energía oscura necesaria para la generación de vida inteligente.

Cómo se vería la misma región del universo en términos de la cantidad de estrellas para diferentes valores de la densidad de energía oscura. En el sentido de las agujas del reloj, desde arriba a la izquierda, no hay energía oscura, la misma densidad de energía oscura que en nuestro universo, treinta y diez veces la densidad de energía oscura en nuestro cosmos. Las imágenes se generan a partir de un conjunto de simulaciones cosmológicas. Crédito: Oscar Veenema

«Será apasionante emplear el modelo para explorar la aparición de vida en distintos universos y ver si hay que reinterpretar algunas preguntas fundamentales que nos hacemos sobre el nuestro», dice el profesor Lucas Lombriser, de la Universidad de Ginebra y coautor del estudio, que ha sido publicado en el Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

La ecuación de Drake era más bien una guía para los científicos sobre cómo proceder en la búsqueda de vida que una herramienta de estimación o un intento serio de determinar un resultado exacto.

Sus parámetros incluían el ritmo anual de formación de estrellas en la Vía Láctea, la fracción de estrellas con planetas en órbita y el número de mundos que podrían albergar vida.

En comparación, el nuevo modelo relaciona la tasa de formación estelar anual en el universo con sus ingredientes fundamentales, como la mencionada densidad de energía oscura. ▪️

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