Crece la tendencia a evitar las malas noticias
Cada vez hay más personas que deciden rehuir ciertas informaciones para minimizar los efectos negativos en su estado de ánimo.
Por Núria Bigas Formatjé, Universitat Oberta de Catalunya
«Evito activamente lo que me causa ansiedad y lo que puede tener un impacto negativo en mi día. Intento no leer noticias sobre cosas como muertes y catástrofes». Este es un ejemplo de alguien que evita leer noticias negativas en su día a día. Cada vez hay más personas que deciden evitar ciertas informaciones para minimizar los efectos negativos en su estado de ánimo. Según el informe de 2022 del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, un 36% de los encuestados lo hace por salud mental, para evitar un efecto negativo en su estado de ánimo. Pero existen más razones: un 43% lo hace porque se siente desanimado frente a lo reiterativo de la agenda informativa; a un 29% le agota la cantidad de noticias; un 17% afirma que le provoca discusiones que preferiría eludir; y a un 16% le genera sensación de impotencia.
Evasión selectiva de noticias, sobre todo entre los jóvenes
«La evasión selectiva de las noticias es una tendencia social al alza. El consumo de noticias negativas puede afectar emocionalmente a la persona que consume esa información: son estímulos para el cerebro emocional, que los interpreta y los gestiona bien o mal según los recursos, los aprendizajes y los hábitos emocionales de cada uno» explica Mireia Cabero, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
«Ante una representación totalmente negativa de la realidad, una persona puede tener la sensación de que no hay escapatoria, de que no merece la pena esforzarse. Hace que se desvanezca la sensación de poder ser útil y aporta una percepción de falta de esperanza, sin soluciones ni aspectos positivos. El impacto de este tipo de mensajes depende de muchos factores, entre ellos la exposición o la experiencia y las vivencias personales», añade en la misma línea Sílvia Martínez, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC y directora del máster universitario de Social Media: Gestión y Estrategia.
Esta práctica, conocida como evasión selectiva de noticias, se define como el hábito con el que las personas racionalizan o limitan cada vez más su exposición a las noticias, o al menos a las de cierto tipo. Según el informe del Instituto Reuters, esto afecta especialmente a los jóvenes, sobre todo a los menores de 35 años, que sostienen que las noticias les bajan el ánimo. «Generalmente, cuanta más edad, más recursos de autogestión, de gestión emocional y de gestión de las adversidades, y, consiguientemente, más resiliencia. Por este motivo, no sorprende que el colectivo más joven sea el que más necesite seleccionar la información que consume para preservar su comodidad, su statu quo y su bienestar emocional», señala Cabero.
Algunos factores explican el abandono informativo
En España, el porcentaje de personas que evitan las noticias a veces o a menudo ha pasado del 26% en 2017 al 35% en 2022. Se trata de un incremento del 9 % en cinco años. Pero los datos revelan que la evasión selectiva de noticias se está transformando en un fenómeno global: en 2017, la media de todos los países analizados estaba en un 29%, mientras que en 2022 estaba en el 38%. El experto de la UOC en comunicación digital Miquel Pellicer y la psicóloga Mireia Cabero destacan algunos factores que pueden explicar este abandono informativo: desde el punto de vista emocional, el impacto de la pandemia de la covid-19 nos ha agotado. «Como ciudadanos, hemos visto muy de cerca noticias tremendas sobre muertes e infectados, en algo que casi podría parecerse al impacto de un conflicto bélico», afirma Pellicer.
«Esta pandemia sucede, además, en un contexto de inestabilidad sociopolítica, económica y ambiental: lo que denominamos mundo VUCA (mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo) nos afecta más que nunca», explica el experto. «Este tipo de contextos tan cambiantes generan estrés, agotamiento mental y emocional, y exigencia», puntualiza Cabero. La guerra de Ucrania y las tensiones políticas solo han hecho ensombrecer el panorama global. «Estamos en un contexto de creciente tendencia a la ansiedad, la depresión, el estrés y el burnout», añade Cabero.
«A esto se le suma una sobrecarga informativa, cambiante y constante», detalla Cabero. «Estamos en el periodo de la historia con más impactos informativos y en el que tenemos más acceso a la información y de forma más rápida, gracias a las redes y a las plataformas sociales; esto se convierte en un entorno de impacto muy grande», añade Pellicer. De hecho, el 29% de los encuestados que evitan las noticias esgrimen que la gran cantidad de información les agota.
«La propia dinámica de los medios de comunicación hace que se pierda la confianza hacia estas instituciones que han formado parte de los sistemas democráticos de Occidente. La crisis de los medios también se asocia a la crisis de la democracia», explica Pellicer. De hecho, el informe del Instituto Reuters confirma que el interés por las noticias se ha reducido considerablemente en todos los mercados: pasó del 63% en 2017 al 51% en 2022, y casi 3 de cada 10 individuos que evitan noticias afirman que lo hacen porque están sesgadas o porque no son de fiar.
Para Pellicer, "el diseño de las redes sociales y el consumo de los contenidos de internet también impulsan los filtros burbuja, que hacen que la gente se informe desde las redes sociales, por medios o por usuarios afines». Y añade: «El debate político actual se concibe más como un enfrentamiento y una batalla contra un enemigo que como un contraste de ideas, y esto crea agotamiento».
Otro factor importante es que, en los últimos años, «ha aumentado la necesidad de proteger la salud mental y el bienestar emocional. Además, existe una tendencia al hedonismo, al placer inmediato y a la evasión del dolor», explica Cabero.
«Ante esta combinación de circunstancias sociales y psicoemocionales, es perfectamente comprensible la evasión selectiva de noticias, que permite proteger el propio bienestar, poner atención a aquello que nos hace bien y preservar el equilibrio personal», añade la psicóloga. Para conseguir preservar su bienestar, estos individuos han modificado su dieta mediática.
El futuro, ¿más buenas noticias?
Según el último informe del Instituto Reuters (2023), de las personas que evitan las noticias, un 53% escapa de la mayoría de las fuentes informativas: por ejemplo, pasa las noticias de largo o cambia el canal. Esto se da sobre todo entre jóvenes e individuos con niveles más bajos de educación. Un 52% consulta las fuentes con menor frecuencia: por ejemplo, lo limita a ciertos momentos del día (no revisa las noticias a última hora de la noche) o apaga las notificaciones. Un 32% evita ciertos temas: por ejemplo, aquellos que bajan el ánimo o suben la ansiedad, como la guerra de Ucrania o las noticias sobre política nacional.
Esto supone un reto para los medios de comunicación, pues los grandes temas periodísticos (crisis políticas, conflictos internacionales, pandemias y catástrofes climáticas) parecen ser precisamente los que alejan de las noticias a algunas personas (sobre todo a los jóvenes, a quienes resulta más difícil llegar). «El periodismo, que tradicionalmente se ha centrado en los conflictos para explicar el mundo, ahora ve que muchos lectores no sintonizan con sus medios ni sus periodistas», explica Pellicer.
«Hoy en día, las dinámicas de consumo hacen que el acceso a la información varíe e incluso los medios incorporen diferentes estrategias para captar la atención de los lectores. Frente a esto, los usuarios reclaman otro tipo de contenidos e incluso piden obtener ese equilibrio a través de diferentes fuentes o espacios», advierte Martínez, también investigadora del grupo GAME.
En esta línea, Pellicer afirma que se están abriendo paso nuevos medios, que pretenden potenciar una visión menos agresiva de la realidad. Precisamente, algunos grupos de comunicación están optando por secciones optimistas, o directamente por publicar solo noticias positivas. Es el caso de La Cara Buena del Mundo, The Good News Network, Good Good Good, The Optimist Daily, Positive News, HuffPost Good News o Reasons to be Cheerful.
«Aumenta la presencia de portales o medios especializados en ofrecer un tipo de periodismo más constructivo, una tendencia que también se observa en algunos medios generalistas, que desarrollan newsletters o secciones de buenas noticias o contenidos positivos», concluye Martínez.
Información facilitada por la Universitat Oberta de Catalunya.