¿Y si pudiéramos generar electricidad solo con el giro de la Tierra?

Nuestro planeta no solo gira: ahora también genera electricidad. Un experimento revolucionario abre la puerta a una nueva forma de energía renovable.

Por Enrique Coperías

lImagen conceptual de la generación de electricidad a partir de la rotación terrestre.

lImagen conceptual de la generación de electricidad a partir de la rotación terrestre.

Desde hace casi dos siglos, la idea de aprovechar la rotación de la Tierra para generar electricidad había sido considerada inviable. El propio Michael Faraday lo intentó en 1832 sin éxito, y desde entonces la comunidad científica ha mantenido la idea de que es imposible usar el campo magnético terrestre unido a su rotación para producir electricidad de forma directa.

Sin embargo, un equipo de investigadores liderado por Christopher F. Chyba, de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, ha logrado romper con esa creencia gracias a una demostración experimental que podría abrir la puerta a nuevas formas de obtención de energía.

El campo magnético terrestre, generado por el núcleo externo de la Tierra, es conocido por su forma aproximada de un dipolo magnético, esto es, un sistema con dos polos magnéticos opuestos (norte y sur), como los de un imán. Y dado que la Tierra gira a gran velocidad, los físicos pensaron que su movimiento a través de su propio campo magnético podría inducir una corriente eléctrica en un conductor.

La clave está en el material

Pero el problema, según demostraciones teóricas clásicas, es que cualquier conductor que gire junto con la Tierra se mueve en sincronía con el campo magnético. Esto provoca que las fuerzas que normalmente inducen corriente se cancelen de forma automática debido a la redistribución de electrones dentro del material conductor.

La clave del avance del equipo de Chyba está en cuestionar una de las suposiciones implícitas en las teorías previas. En un estudio teórico anterior, Chyba y su colega Kevin Hand propusieron que, si se usa un material con ciertas propiedades magnéticas, una geometría específica y condiciones físicas particulares, sí podría obtenerse una corriente continua a partir del movimiento rotacional de la Tierra.

En su nuevo experimento, los investigadores pusieron en práctica esta idea usando un material conocido como ferrita de manganeso-zinc (MnZn), un tipo de cerámica magnética que, a diferencia de los metales conductores clásicos, tiene una baja conductividad eléctrica y una alta permeabilidad magnética.

Además, diseñaron una estructura en forma de cilindro hueco, que cumple con una condición topológica especial que impide la cancelación inmediata de la fuerza electromagnética dentro del material.

Esquema del experimento. Se muestra la orientación de la cáscara cilíndrica de ferrita MnZn (de bajo número de Reynolds magnético, Rm), con electrodos para medir voltaje o corriente y sensores de temperatura en sus extremos. El eje del cilindro está perpendicular tanto al campo magnético terrestre como a la dirección de rotación de la Tierra. Crédito: Physical Review Research (2025).

Microvoltios y microamperios

El dispositivo central del experimento fue una cáscara cilíndrica de MnZn ferrita, cuidadosamente alineada respecto al campo magnético de la Tierra y al vector de rotación del planeta. El montaje se colocó sobre una plataforma giratoria aislada, y se midieron diferencias de potencial del orden de microvoltios y corrientes de algunos nanoamperios.

Aunque las cifras son pequeñas, fueron constantes y se comportaron como se esperaba ante rotaciones específicas del sistema, confirmando así las predicciones del modelo teórico. Además, el experimento fue reproducido en diferentes ubicaciones con los mismos resultados.

Se descartaron efectos como el voltaje Seebeck, que está causado por diferencias de temperatura, y posibles interferencias de frecuencia eléctrica (60 Hz) o ondas de radiofrecuencia (RF). Se realizaron pruebas de control con un cilindro sólido sin cavidad, que no generó señal alguna, lo que reforzó la conclusión de que la combinación de material, forma y orientación es la clave del efecto.

¿De dónde viene la energía?

La energía proviene de la rotación de la Tierra, que actúa como una fuente cinética. El dispositivo actúa como un freno electromagnético extremadamente sutil. La cantidad de energía extraída es minúscula, pero real, y se obtiene de la energía de rotación del planeta a través de su campo magnético.

Este trabajo es una prueba de concepto, que demuestra que sí es posible generar energía eléctrica estable usando únicamente el movimiento de la Tierra a través de su propio campo magnético. Si se desarrollan materiales más eficientes y se mejora la ingeniería del sistema, podría explorarse su uso para aplicaciones como sensores autónomos, sistemas de alimentación sin mantenimiento o incluso generación eléctrica renovable en situaciones específicas.

No cabe duda de que el experimento del equipo de Princeton desafía una creencia que se mantenía desde el siglo XIX. Demuestra que, con condiciones específicas, se puede obtener energía renovable a partir de un fenómeno natural: el movimiento de la Tierra a través de su campo magnético. Si bien aún está lejos de ser una fuente práctica de electricidad, este descubrimiento abre nuevas vías de investigación con potencial impacto en la tecnología energética del futuro. ▪️

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