Cada día mueren atropelladas decenas de millones de abejas solo en el Oeste de Estados Unidos

El ecólogo Joseph Wilson y sus colegas de la Universidad Estatal de Utah informan de que una salvaje cantidad de criaturas polinizadoras muere a diario en colisiones con vehículos en las carreteras de los estados occidentales de Norteamérica.

Por Enrique Coperías

La mayor parte de la población subestima tanto el número de abejas que mueren atropelladas en las carreteras como el impacto que tiene en las poblaciones de polinizadores y en el medioambiente.

La mayor parte de la población subestima tanto el número de abejas que mueren atropelladas en las carreteras como el impacto que tiene en las poblaciones de polinizadores y en el medioambiente. Imagen generada con  Copilot

Cuando un gran mamífero, como un ciervo o un jabalí, es atropellado por un vehículo de motor, los daños suelen ser importantes. Es por ello que, para evitar estos desgraciados sucesos, las autoridades de transportes se han asociado con investigadores de la fauna salvaje para colocar señales de advertencia y construir pasos elevados y subterráneos de fauna salvaje, con el fin de mitigar los percances a lo largo de las rutas migratorias de los animales.

En cambio, las colisiones con las abejas —y otros insectos— suelen ignorarse o son percibidas por los automovilistas como una simple y molesta salpicadura en el parabrisas. La importancia de estos accidentes, según Joseph Wilson, investigador de la Universidad Estatal de Utah (USU), es mucho mayor de lo que creemos.

Basta decir que la mortalidad de insectos en las carreteras es un tema de creciente preocupación dentro de la biología de conservación y la ecología. Se trata de un fenómeno que tiene impactos importantes sobre las poblaciones de insectos, los ecosistemas en general y las cadenas tróficas, además de los efectos secundarios en la biodiversidad, el funcionamiento de los ecosistemas y el rendimiento de los cultivos.

Algo más que una mancha en el parabrisas

«Las abejas desempeñan un papel fundamental en nuestro ecosistema —afirma Wilson, ecólogo evolutivo y profesor del Departamento de Biología de la USU Tooele. Y añade—: Las consecuencias de sus frecuentes colisiones con los vehículos van mucho más allá de un pequeño inconveniente en los desplazamientos. De hecho, las muerte de abejas, que se producen minuto a minuto cada día, puede tener un impacto negativo mayor de lo que pensábamos».

El nuevo estudio de Wilson y sus colegas sugiere que decenas de millones de abejas pueden perecer cada día cuando los automovilistas circulan a toda velocidad por las concurridas autopistas del oeste de Estados Unidos. Él y los exalumnos de la USU Thomas Porter y Olivia Messinger Carril informan de los resultados preliminares del tranajo en la edición online de la revista Sustainable Environment.

El ecologista de la Universidad Estatal de Utah, Joseph Wilson, y sus colegas informan que millones de abejas mueren en colisiones de vehículos a lo largo de las carreteras del oeste de Estados Unidos. Como polinizadores fundamentales, las consecuencias de estas muertes podrían ser significativas. Crédito: Joseph S. Wilson

«A diferencia de las colisiones con animales de mayor tamaño, que son fáciles de medir, resulta mucho más complejo detectar el alcance de la mortalidad de las abejas causada por vehículos en movimiento», afirma Wilson.

Su equipo utilizó trampas adhesivas colocadas en los parachoques de los coches y extrapoló los datos basándose en las estadísticas del Departamento de Transporte de Utah. Wilson afirma que el gran número estimado de abejas atropelladas daba que pensar.

¿Por qué es tan alta la mortalidad de las abejas en las carreteras? «Las cunetas de las carreteras, sobre todo en zonas áridas, tienen más plantas en flor debido a la escorrentía de las carreteras», explica Wilson en una nota de prensa de la USU.

Más tráfico cerca de los parques nacionales

En el desierto, estas comunidades vegetales suelen albergar diversas poblaciones de abejas. Además, los hallazgos del equipo revelan que las carreteras con las estimaciones más altas de mortalidad de abejas suelen estar cerca de parques nacionales, donde las visitas se han disparado con un flujo constante de vehículos de motor.

«Sin embargo, la calidad del hábitat al borde de la carretera determina si los insectos permanecen en ella o si deciden cruzarla en busca de mejores lugares para alimentarse», afirma Wilson.

La mayor concienciación sobre la importancia de las abejas, así como el creciente número de estudios que sugieren que algunas comunidades de abejas están disminuyendo, han llevado a gestores públicos y organizaciones privadas a fomentar las plantaciones a lo largo de las autovías y en las medianas.

Obligadas a cruzar la carretera

«Puede que no sea la mejor solución en todas las zonas, si esas plantaciones animan a los insectos a cruzar las carreteras para acceder a esos recursos», advierte Wilson.

Así pues, ¿cómo crear un hábitat apto para las abejas sin ponerlas en peligro?

«Nos hemos planteado muchas preguntas —afirma Wilson. «Y añade—: Se necesita más investigación para entender mejor cómo las carreteras y los hábitats de los bordes de las carreteras están afectando al movimiento de los insectos, junto con las formas en que el diseño y el mantenimiento de las carreteras, así como los diseños de los vehículos, pueden ser menos perjudiciales para estos polinizadores».

Pero no todo son malas noticias, según este investigador.

«Algunos estudios muestran que un hábitat saludable al borde de la carretera facilita el movimiento de los polinizadores a lo largo de la autopista —explica Wilson. Y continúa—: Así que, con un poco de conciencia, se pueden restaurar los paisajes a lo largo de las carreteras para apoyar a las comunidades de polinizadores y reducir la necesidad de que estas crucen las carreteras».

Aun así, la modificación, la fragmentación y la pérdida de hábitats están teniendo un efecto nefasto en las poblaciones de polinizadores, afirma el ecólogo.

Multitud de preguntas sin respuestas

En las conclusiones del estudio, Wilson y sus colegas planean interesantes interrogantes sobre este problema nada fácil de resolver: ¿cómo afecta el mantenimiento de las carreteras, incluido el corte del césped y el tratamiento de las medianas, a la mortalidad de las abejas causada por los vehículos? ¿Existen formas alternativas de diseñar el hábitat en las cunetas de las autopistas para minimizar el riesgo de que estos insectos traten de cruzarlas?

Y estas otras: ¿Las carreteras muy transitadas, que crearían patrones de viento variables alrededor de los automóviles (vórtices y estelas detrás de los automóviles, hacia las cuales se mueve el siguiente automóvil), hacen que las carreteras muy transitadas sean menos perjudiciales? ¿El tráfico pulsante afecta a más o menos abejas que el tráfico más continuo? ¿La forma de la parrilla, el parachoques, el parabrisas y el techo de los vehículos crea áreas variables de alta y baja presión que afectan el flujo de aire y las turbulencias?

«Las abejas son especies clave que contribuyen a la diversidad y reproducción de las plantas —explica Wilson. Y concluye—: Comprender cómo podemos apoyar a los polinizadores a escala del paisaje es un paso importante hacia la protección de estos importantes insectos». ▪️

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