Avance en el tratamiento de la retinosis pigmentaria

Investigadores utilizan un enfoque de cribado informático para identificar dos compuestos que podrían ayudar a prevenir la pérdida de visión en personas afectadas por esta enfermedad hereditaria que causa ceguera.

Por Enrique Coperías

La retinosis pigmentaria es una enfermedad hereditaria de la retina, considerada rara, que afecta a dos o tres personas por cada 10.000 y es la principal causa de ceguera genética en adultos.

La retinosis pigmentaria es una enfermedad hereditaria de la retina, considerada rara, que afecta a dos o tres personas por cada 10.000 y es la principal causa de ceguera genética en adultos. Cortesía: Beata Jastrzebska, created from images on Pixabay by justDIYteam and WikimediaImages (CC-BY 4.0, https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/)

Dos nuevos compuestos podrían ofrecer un tratamiento para la retinitis pigmentosa, un grupo de enfermedades oculares hereditarias que provocan la degeneración progresiva de la retina, la capa de tejido en la parte posterior del ojo responsable de captar la luz y enviar señales al cerebro. Esta enfermedad afecta principalmente a los fotorreceptores, las células especializadas conocidas como bastones y conos, lo que causa una pérdida gradual de la visión.

Los síntomas iniciales suelen incluir dificultad para ver en condiciones de poca luz (nictalopía) y una reducción del campo visual periférico, conocida como visión en túnel. Con el tiempo, la pérdida de visión puede progresar hacia la ceguera total.

La causa principal de la retinosis pigmentaria son mutaciones —se conocen más de 2.000— en uno o varios de los más de cien genes identificados hasta ahora que están implicados en la función y supervivencia de los fotorreceptores. Estas mutaciones pueden transmitirse de forma autosómica dominante, autosómica recesiva o ligada al cromosoma X, dependiendo del gen afectado.

Las alteraciones genéticas conducen a defectos en procesos clave de los fotorreceptores, como el plegamiento de proteínas (por ejemplo, la rodopsina), lo que resulta en su disfunción y muerte celular.

En España hay 15.000 personas con retinosis pigmentaria

Ahora bien, estas mutaciones explican únicamente una parte de los casos de retinosis pigmentaria. En aproximadamente el 25%-30% de las familias afectadas que se someten a un diagnóstico genético, no se logra identificar la causa molecular subyacente. Esto indica que aún existen genes y mutaciones desconocidos que deben ser asociados a la enfermedad, lo que abre la puerta a futuras investigaciones.

En España, más de 15.000 personas están afectadas por la enfermedad, y se calcula que 60.000 individuos son portadores de los genes defectuosos que la provocan, lo que los convierte en posibles transmisores de la afección.

A fecha de hoy, no se puede detener la pérdida de visión causada por la retinosis pigmentaria, pero sí se puede aprovechar el resto visual con ayudas de baja visión. La investigación para encontrar un tratamiento efectivo es intensa, con foco en varias líneas de estudio: las terapias génicas, que están avanzadas y buscan reemplazar el gen defectuoso por uno sano, pero requieren un diagnóstico genético previo; las terapias celulares, que introducen células sanas en la retina sin depender de la causa molecular, y los chips de retina, que permiten la percepción de luz en invidentes, lo que mejora progresivamente la resolución de las imágenes.

Dos compuestos «cazados» con cribado virtual

Ahora, un equipo de investigación, coordinado por Beata Jastrzebska, del Departamento de Farmacología y Centro de Membrana y Biología Estructural de Cleveland, en la Universidad Case Western Reserve, ha identificado dos compuestos mediante un innovador método de cribado virtual que podrían utilizarse en el tratamiento de la retinosis pigmentaria. Los resultados del trabajo han sido publicados en la la revista de acceso abierto PLOS Biology.

En la retinitis pigmentaria, ciertas mutaciones genéticas alteran el correcto plegamiento de la ya citada proteína rodopsina en la retina, lo que provoca la muerte progresiva de las células retinianas y, en última instancia, la ceguera. A día de hoy, las opciones de tratamiento son limitadas, dice Jastrzebska en una nota de prensa de PLOS.

Aunque los compuestos retinoides, como los derivados sintéticos de la vitamina A, han mostrado cierta eficacia, presentan importantes limitaciones debido a su sensibilidad a la luz y posible toxicidad; por ejemplo, la vitamina A en exceso puede causar problemas en el hígado. Por ello, existe una urgente necesidad de desarrollar alternativas más seguras y efectivas.

Fondo de ojo en el que se aprecia la retina de un paciente con retinosis pigmentaria.

Fondo de ojo en el que se aprecia la retina de un paciente con retinosis pigmentaria.

Moléculas capaces de estabilizar la rodopsina

En este nuevo estudio, los investigadores emplearon un cribado virtual para identificar moléculas que puedan unirse a la rodopsina, estabilizar su estructura, mejorar su plegamiento y facilitar su transporte celular. Dos compuestos no retinoides destacaron por cumplir con estos criterios, además de mostrar la capacidad de atravesar las barreras hematoencefálica y hematorretiniana.

En pruebas de laboratorio, estos compuestos lograron mejorar la expresión superficial de rodopsina en 36 de los 123 subtipos genéticos de retinitis pigmentosa, incluido el más prevalente. También ofrecieron protección frente a la degeneración retiniana en ratones con la enfermedad.

«Un hallazgo crucial es que el tratamiento con ambos compuestos mejoró significativamente la salud y función general de la retina en los ratones, al prolongar la supervivencia de los fotorreceptores», destacaron los autores. Sin embargo, subrayan que es necesario llevar a cabo más investigaciones antes de considerar su uso en ensayos clínicos con humanos.

A modo de resumen, los autores concluyen que «las mutaciones hereditarias en el gen de la rodopsina son responsables de la retinitis pigmentosa, una enfermedad progresiva e incurable que causa ceguera. Este estudio identifica farmacochaperonas —pequeñas moléculas que estabilizan proteínas mal plegadas, ayudándolas a recuperar su forma funcional y a evitar su degradación— que mitigan los efectos patogénicos de diversas mutaciones de la rodopsina in vitro y ralentizan la muerte de células fotorreceptoras en un modelo de ratón, y ofrecen una prometedora vía terapéutica para prevenir la pérdida de visión». ▪️

  • Información facilitada por PLOS

  • Fuente: Beata Jastrzebska et al. Discovery of non-retinoid compounds that suppress the pathogenic effects of misfolded rhodopsin in a mouse model of retinitis pigmentosa. PLOS Biology (2025). DOI: https://doi.org/10.1371/journal.pbio.3002932

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