50 años de estudios confirman el declive del elefante africano

Las poblaciones de elefantes en África se han reducido un casi un 80% en solo medio siglo.

Por Enrique Coperías

Mientras varias familias cruzan el río Ewaso Ngiro, una elefanta responde a la llamada de socorro de su cría. Crédito: George Wittemyer/Universidad Estatal de Colorado

La pérdida de hábitat y la caza furtiva han provocado drásticas disminuciones de los elefantes africanos, pero resulta difícil medir su número y controlar los cambios en todo el continente. Un nuevo estudio ha analizado 53 años de datos de estudios de población de estos proboscídeos y ha descubierto descensos a gran escala en la mayoría de las poblaciones de ambas especies de elefantes africanos.

Entre 1964 y 2016, las poblaciones de efante africano de bosque o elefante de selva africano (Loxodonta cyclotis) disminuyeron una media del 90 %, y las de elefantes africanos de sabana (Loxodonta africana), una media del 70 %. En conjunto, las poblaciones disminuyeron un 77% de media. El estudio recopiló datos de encuestas realizadas en 475 lugares de 37 países, lo que lo convierte en la evaluación más exhaustiva de los elefantes africanos hasta la fecha.

Los descensos no fueron uniformes en todo el continente: algunas poblaciones desaparecieron por completo y otras experimentaron un rápido crecimiento. El profesor de la Universidad Estatal de Colorado George Wittemyer, uno de los artífices del estudio y presidente del consejo científico de Save the Elephants, afirmó que identificar casos de éxito en los que las poblaciones de elefantes se mantienen estables o aumentan podría ayudar a su conservación.

Una clara tendencia hacia poblaciones más pequeñas

«El contexto y las soluciones de los distintos lugares pueden ser muy diferentes, pero hay ejemplos de personas que gestionan y protegen eficazmente estas poblaciones —afirma Wittemyer en una nota de prensa de la Universidad Estatal de Colorado. Y añade—: Ayuda tener un modelo contextualmente relevante para la conservación de los elefantes, y lo tenemos en muchos lugares diferentes».

El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), modeló la densidad de elefantes a nivel de sitio en lugar de su número porque el área de estudio no era constante en el tiempo para la mayoría de los lugares de estudio. Se observó una clara tendencia hacia poblaciones más pequeñas.

«Este artículo muestra la magnitud del declive y lo extendido que está por todo el continente —advierte Wittemyer—. Ilumina lo rápido que puede desaparecer incluso algo tan grande y notable como los elefantes».

Una madre elefanta aleja a su cría del peligro en el norte de Kenia.

Una madre elefanta aleja a su cría del peligro en el norte de Kenia. Crédito: George Wittemyer / Universidad Estatal de Colorado

No es simple aritmética

Puede que los elefantes sean grandes y visibles, pero contarlos es complicado y requiere muchos recursos. Los estudios de los elefantes de la sabana los realizan observadores en aviones, y los elefantes de los bosques deben contarse a pie, sobre el terreno. Los drones aún no son capaces de realizar los largos vuelos sobre zonas remotas necesarios para censar elefantes, y el procesamiento de las imágenes de estos aparatos también requiere muchos recursos.

África tiene más de tres veces el tamaño de Estados Unidos, y cada país africano tiene sus propias políticas de gestión de la fauna y su propio sistema político. En algunos lugares, se realizan censos con regularidad y en otros, no. Los estudios existentes se llevaron a cabo mediante una cuidadosa planificación logística y una inversión de recursos.

«Nos alegró mucho poder reunir todos esos datos y aprovecharlos, dado el esfuerzo y el cuidado que se puso en recopilarlos», afirma Wittemyer.

A medida que disminuían las poblaciones de elefantes, algunos espacios protegidos se redujeron y se modificaron los límites del estudio. Para compensar la reducción de las zonas de estudio y las lagunas en los datos, los autores del trabajo tuvieron que utilizar lugares con buena información para estimar el cambio de población en zonas cercanas con menos información. Observaron las tendencias basadas en los lugares para hacerse una idea de la distribución general de las tendencias.

Una familia de elefantes consuela a su cría durante una siesta vespertina bajo un árbol en la Reserva Nacional de Samburu, en Kenia. Crédito: George Wittemyer / Universidad Estatal de Colorado

«El punto fuerte de nuestro planteamiento es que hemos podido deducir estas tendencias, incluso en lugares donde los datos eran muy escasos, de forma que se podían comparar los resultados de cada estudio», afirma Charles Edwards, coautor del estudio e investigador científico de los servicios de consultoría CEscape.

En palabras de Edwards, «entender cómo y dónde las tendencias son diferentes en toda el área de distribución de una especie es posiblemente más importante para su conservación que un cambio global en la abundancia, que puede reflejar solo el cambio en las poblaciones más grandes».

«No es una métrica del número de elefantes que quedan en el continente —dice Wittemyer—. Es una evaluación de cómo está cada población, y en general no están muy bien».

Distribución cambiante

El estudio examinó la situación de los elefantes africanos por especies y regiones. En la región del Sahel del norte de África, devastada por la guerra, las poblaciones de elefantes se han visto diezmadas. En África Oriental y Central, la caza furtiva de marfil, el crecimiento de la población humana y la conversión de zonas silvestres han provocado un descenso generalizado de las poblaciones de elefantes.

Sin embargo, los elefantes prosperan en algunas zonas del sur de África, sobre todo en Botsuana, donde las poblaciones están protegidas y se gestionan de forma sostenible.

Los autores afirman que la exhaustiva evaluación del estudio sobre la situación de los elefantes africanos es fundamental para tomar decisiones de gestión, como saber dónde invertir los limitados fondos y capacidades para proteger mejor a los elefantes.

«La historia general es de declive, pero nos centramos en la estabilidad a largo plazo de la especie-—concluye Wittemyer—. Creo que podemos hacerlo en muchos lugares, pero no en todos». ▪️

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