El «latigazo hidroclimático»: cómo el cambio climático está intensificando los ciclos extremos de sequías, inundaciones e incendios
El cambio climático está amplificando los extremos: lluvias torrenciales seguidas de sequías abrasadoras alimentan incendios y deslizamientos. Un fenómeno conocido como «latigazo hidroclimático» ya está transformando el clima global, y su impacto será cada vez más devastador.
Por Enrique Coperías
La capacidad de la atmósfera para absorber y liberar agua, conocida como esponja atmosférica, está directamente relacionada con los ciclos cada vez más intensos de sequías e inundaciones.
Investigaciones recientes han identificado este fenómeno como un factor crucial detrás del llamado latigazo hidroclimático, un patrón de cambios extremos entre condiciones de humedad y sequía que ya ha aumentado globalmente debido al cambio climático.
Según un equipo de científicos liderado por Daniel Swain, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos, este fenómeno se intensificará en los tiempos venideros a medida que las temperaturas globales sigan subiendo.
El ejemplo de California: de sequías graves a diluvios
El latigazo hidroclimático se deriva de la creciente capacidad de la atmósfera para manejar un 7% más de agua por cada grado centígrado que se calienta el planeta, lo que amplifica tanto las lluvias extremas como las sequías prolongadas. Los investigadores subrayan la importancia de gestionar ambos extremos de manera conjunta, en lugar de enfrentarlos como problemas separados, para desarrollar soluciones más efectivas.
Un ejemplo ilustrativo de todo esto es California, donde las fluctuaciones extremas han tenido efectos devastadores. Tras años de grave sequía, los inviernos de 2022 y 2023 trajeron lluvias récord y nevadas masivas que causaron inundaciones y deslizamientos de tierra.
Sin embargo, el verano de 2024 y la sequedad extrema del inicio de 2025 generaron una vegetación altamente inflamable que avivó una serie de incendios forestales destructivos. Este patrón ilustra cómo el latigazo hidroclimático incrementa el riesgo de incendios: primero, fomentando el crecimiento de vegetación, y luego secándola a niveles extremos bajo condiciones de calor y sequedad.
California, en llamas
Esta latigazo podría estar detrás de la media docena de incendios que están arrasando el condado de Los Ángeles desde el pasado siete de enero, incluido uno en las montañas de Hollywood, lo que ha forzado multitud evacuaciones.
En estos momentos, los siniestros han dejado cinco muertos, decenas de heridos y más de mil estructuras destruidas. Cuatro incendios siguen fuera de control, y los de Palisades y Eaton ya han quemado cerca de 11.000 hectáreas, según Cal Fire.
La velocidad destructiva de los incendios, según los meteorólogos locales, se debe a los vientos huracanados que han azotado la región durante varios días y que, según las autoridades, continuarán hasta el viernes. Esta situación, combinada con la extrema sequedad del terreno, que no ha recibido lluvias desde mayo, ha provocado una catástrofe de gran magnitud.
El latigazo hidroclimático podría duplicarse
Los datos muestran que este fenómeno ha crecido entre un 31% y un 66% desde mediados del siglo XX, superando incluso lo que proyectaban los modelos climáticos. Si las temperaturas globales aumentan 3 ºC por encima de los niveles preindustriales, el latigazo hidroclimático podría más que duplicarse.
Estos resultados, publicados en Nature Reviews, se basan en una síntesis de cientos de estudios previos junto con análisis propios de los investigadores.
La esponja atmosférica, descrita por Swain como «un fenómeno con un crecimiento exponencial similar al interés compuesto en un banco [se refiere a un método de calcular el interés sobre una cantidad de dinero depositada o prestada, donde el interés acumulado se suma periódicamente al capital inicial, y luego el interés futuro se calcula sobre esta cantidad creciente], es un motor principal de estas dinámicas».
Las consecuencias de una atmósfera sedienta
Así, cada fracción de grado adicional de calentamiento intensifica su capacidad para agravar inundaciones y sequías, al tiempo que aumenta el impacto de fenómenos como los deslizamientos de tierra y los ciclos de vegetación y fuego.
Históricamente, los estudios sobre el latigazo hidroclimático se han centrado más en las precipitaciones, y han dejado de lado en gran medida el creciente requerimiento de evaporación. Sin embargo, una atmósfera más sedienta extrae más agua del suelo y las plantas, exacerbando de este modo las sequías más allá de la simple falta de lluvia
Este desequilibrio tiene profundas implicaciones para la gestión del agua, que debe evolucionar hacia enfoques integrados que consideren tanto inundaciones como sequías extremas.
En California, las estrategias tradicionales de gestión hídrica, como desviar rápidamente las aguas de las inundaciones hacia el océano o permitir que se filtren a los acuíferos, han demostrado ser insuficientes frente a estas oscilaciones extremas.
Un latigazo que promete ser global
Según John Abatzoglou, coautor del estudio de la UCLA, eventos recientes, como pasar de un período seco extremo a lluvias récord en 2023, han puesto a prueba la infraestructura hídrica del estado de California y subrayado la necesidad de prepararse para un futuro hidroclimático cada vez más variable.
El aumento del latigazo hidroclimático no se limita a California. Las proyecciones indican que este fenómeno se intensificará especialmente en regiones como el norte de África, el Medio Oriente, el sur de Asia y el Pacífico tropical, aunque su impacto será global. Swain señala que podría convertirse en uno de los cambios climáticos más universales en un mundo en calentamiento.
En el caso de los incendios forestales en el sur de California, aunque no se ha encontrado evidencia directa de que el cambio climático haya alterado la frecuencia de los vientos que los propician, sí ha incrementado la coincidencia de vegetación extremadamente seca con estos eventos, lo que intensifica los incendios.
Si bien reducir el calentamiento global es la única forma de frenar directamente el incremento del latigazo hidroclimático, las proyecciones actuales sugieren un aumento de entre 2 ºC y 3 ºC para finales de este siglo. Esto refuerza la urgencia de incorporar estos riesgos en las estrategias de adaptación y gestión hídrica, concluyen los investigadores. ▪️
Información facilitada por la Universidad de California en Los Ángeles
Fuente: Swain, D. L., Prein, A. F., Abatzoglou, J. T. et al. Hydroclimate volatility on a warming Earth. Nature Reviews Earth & Environment (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s43017-024-00624-z