Descubren cómo el virus del Ébola utiliza la piel para propagarse e infectar
Científicos descubren cómo el virus del Ébola se desplaza por la piel hasta su superficie y señalan a las células que lo hacen posible. Este avance abre nuevas vías para entender su transmisión y desarrollar tratamientos para esta fiebre hemorrágica altamente letal.
Por Enrique Coperías
Un nuevo estudio revela que el virus del Ébola —arriba— se mueve con rapidez desde el torrente sanguíneo hasta las distintas capas de la piel humana y que infecta diferentes tipos de células cutáneas.
Un estudio pionero, publicado en la revistaScience Advances, arroja luz sobre el papel de la piel como posible vía de transmisión del virus del Ébola (EBOV). Liderado por Wendy Maury y Kelly Messingham, profesora de Dermatología en la Universidad de Iowa, en Estados Unidos, el equipo de investigación ha identificado por primera vez varios tipos de células cutáneas susceptibles a la infección por EBOV, lo que podría explicar la transmisión del virus por contacto directo con la piel.
El virus del Ébola es conocido por su letalidad y su principal forma de transmisión: el contacto con fluidos corporales de personas infectadas. Sin embargo, los brotes recientes de ébola, incluido el de 2013-2016 en África Occidental, han señalado que el virus que lo causa también puede estar presente en la superficie de la piel de pacientes en etapas avanzadas de la enfermedad o en personas fallecidas por esta infección, lo que plantea preguntas sobre cómo llega a la piel y contribuye a su propagación.
No hay que olvidar que el ébola una enfermedad rara pero grave, y a menudo letal. En efecto, la tasa de letalidad media de la enfermedad por el virus del Ébola se sitúa en torno al 50%, y en brotes anteriores a 2023 ha oscilado entre el 25% y el 90%, dependiendo de las circunstancias y de la respuesta, según fuentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las personas con síntomas de ébola deben recibir atención médica inmediatamente
El virus del Ébola es un agente patógeno altamente virulento que pertenece a la familia Filoviridae y al género Ebolavirus. Fue identificado por primera vez en 1976, en dos brotes simultáneos ocurridos en Nzara (Sudán) y Yambuku (República Democrática del Congo). El brote de Yambuku se dio cerca del río Ébola, de donde toma su nombre el virus.
Este microorganismo se caracteriza por causar fiebre hemorrágica del Ébola, una enfermedad grave y a menudo mortal en humanos y primates no humanos.
La enfermedad del Ébola tiene un periodo de incubación de entre dos y veintiún días, durante el cual los síntomas pueden variar desde fiebre repentina, fatiga extrema, dolor muscular, cefalea y dolor de garganta, hasta vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática, y en casos graves, hemorragias internas y externas.
A fecha de hoy, no existe un tratamiento específico ampliamente disponible para la fiebre hemorrágica del Ébola, pero se han desarrollado terapias experimentales y vacunas que han demostrado eficacia. Entre ellas se encuentra la vacuna rVSV-ZEBOV, que se utilizó durante los brotes recientes en África occidental y en la República Democrática del Congo.
Una cortina de plástico separa a una madre de su hijo en un centro de tratamiento del ébola en Beni (República Democrática del Congo). El aislamiento de las personas infectadas es una de las medidas médicas para controlar los brotes de este virus letal. Cortesía: UNICEF / Thomas Nybo
Los murciélagos, su huésped natural
Los cuidados médicos de soporte, como la rehidratación y el manejo de los síntomas, son esenciales para mejorar las tasas de supervivencia. También el control de los contagios, como dique de contención de los brotes.
En este sentido, los científicos consideran que los murciélagos frugívoros de la familia Pteropodidae son los huéspedes naturales del virus del Ébola. Este puede transmitirse a los seres humanos mediante contacto directo con órganos, sangre, secreciones u otros fluidos corporales de animales infectados, como murciélagos, chimpancés, gorilas, monos, antílopes o puercoespines, ya sea que estén enfermos o muertos en la selva tropical.
Una vez introducido en la población humana, el virus se propaga de persona a persona a través del contacto directo con mucosas o heridas en la piel, mediante:
Sangre o fluidos corporales de personas infectadas o fallecidas por la enfermedad del virus del Ébola (EVE).
Objetos contaminados con fluidos corporales, como sangre, heces o vómitos de pacientes con EVE.
Cadáveres de personas fallecidas a causa de la EVE.
El viaje del virus desde el torrente sanguíneo hasta la piel
El nuevo estudio publicado en la revistaScience Advances arroja nueva luz a las lagunas que existen en la transmisión del virus del Ébola.
Para explorar el mecanismo de la transmisión del virus por contacto directo con la piel, los investigadores desarrollaron un sistema único utilizando explantes de piel humana —un fragmento de tejido cutáneo extraído para su estudio, cultivo o uso en investigación médica y biológica—, obtenidos de biopsias de grosor completo que incluían tanto capas epidérmicas como dérmicas.
Al aplicar partículas del virus en la base dérmica de los explantes, los científicos simularon el movimiento del virus desde el torrente sanguíneo hacia la superficie de la piel. Mediante técnicas avanzadas de rastreo viral y etiquetado celular, el equipo de Maury y Messingham siguió el recorrido del virus y analizó qué tipos de células eran infectadas por este.
Una doctora vacuna a una persona contra el virus del Ébola. Cortesía: OMS
La sorpresa de los queratinocitos
El estudio demostró que el virus del Ébola se cuela en diversas células de la piel, como los macrófagos, las células endoteliales, los fibroblastos y los queratinocitos.
Este último tipo de célula, exclusivo de la epidermis, no había sido previamente identificado como un objetivo del virus. Además, se observó que la replicación viral es más robusta en las capas epidérmicas que en las dérmicas. En tan solo tres días, las partículas víricas ya eran detectables en la superficie de la piel. No solo eso, para sorpresa de los investigadores, el virus se movía con una enorme rapidez y soltura por las distantas capas de la piel, hasta coronar su superficie.
Los resultados del trabajo refuerzan la hipótesis de que el contacto con la piel podría ser una vía significativa de transmisión del ébola entre humanos.
“La piel es el órgano más grande del cuerpo, pero ha sido poco estudiada en comparación con otros órganos. Nuestro trabajo proporciona una base crucial para entender cómo el virus del Ébola abandona el cuerpo humano y qué células son sus principales objetivos.”
El modelo de explantes también se presenta como una herramienta prometedora para investigar terapias antivirales, al ofrecer un sistema tridimensional y rentable para evaluar la eficacia de tratamientos experimentales, según los autores de la investigación.
En palabras de Messingham, «este estudio no solo identifica nuevas células objetivo del virus del Ébola en la piel, sino que también abre la puerta a estrategias más efectivas para prevenir la propagación del virus y proteger a las comunidades en riesgo».
Con este avance, los científicos dan, sin duda alguna, un paso crucial hacia una comprensión más profunda de la biología del Ébola y el desarrollo de soluciones que puedan salvar vidas. ▪️
Información facilitada por la UI Health Care
Fuente: Kelly N. Messingham et al. Multiple cell types support productive infection and dynamic translocation of infectious Ebola virus to the surface of human skin. Science Advances (2025). DOI: 10.1126/sciadv.adr6140