¿Por qué parpadeamos tanto?
Investigadores descubren que el parpadeo desempeña un papel fundamental en el procesamiento de la información visual.
Por la Universidad de Rochester
El acto ordinario de parpadear ocupa una cantidad sorprendente de nuestro tiempo de vigilia. Por término medio, los seres humanos pasamos entre un 3% y un 8% del tiempo que estamos despiertos con los párpados cerrados. De hecho, se estima que parpadeamos unas 15.000 veces al día.
Dado que el parpadeo impide que se forme una imagen de la escena externa en la retina, es una peculiar peculiaridad de la evolución que pasemos tanto tiempo en este estado aparentemente vulnerable, sobre todo teniendo en cuenta que el parpadeo se produce con más frecuencia de la necesaria para mantener los ojos bien lubricados.
Pero ¿por qué es importante parpadear?
Parpadeamos principalmente por varias razones esenciales para la salud ocular:
Lubricación: Cada vez que parpadeamos, los párpados distribuyen las lágrimas uniformemente sobre la superficie del ojo. Esta película lagrimal lubrica los ojos y ayuda, como se ha adelantado, a mantenerlos húmedos y cómodos.
Protección: El parpadeo actúa como una barrera defensiva que protege el ojo de partículas extrañas, polvo y la luz intensa que podrían dañarlo.
Limpieza: Al cerrar y abrir los párpados, cualquier residuo pequeño o partícula de polvo que haya caído en la superficie del ojo puede ser arrastrado hacia las esquinas donde puede ser eliminado más fácilmente.
Nutrición y salud de la superficie ocular: Las lágrimas contienen nutrientes y sustancias antimicrobianas que son esenciales para mantener la salud de la superficie del ojo.
Investigadores de la Universidad de Rochester, en Estados Unidos, investigaron el curioso caso del parpadeo y descubrieron que este no es solo un mecanismo para mantener los ojos húmedos. Los parpadeos también juegan un papel importante al permitir que nuestro cerebro procese información visual. Los investigadores publicaron sus hallazgos en el Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Al modular la entrada visual en la retina, los parpadeos reformatean la información visual, produciendo señales de luminancia que difieren drásticamente de las que experimentamos normalmente cuando miramos a un punto de la escena", afirma Michele Rucci, profesor del Departamento de Ciencias Cerebrales y Cognitivas.
La imagen completa en un abrir y cerrar de ojos.
Rucci y sus colegas siguieron los movimientos oculares de observadores humanos y combinaron estos datos con modelos informáticos y análisis espectrales —analizando las distintas frecuencias de los estímulos visuales— para estudiar cómo afecta el parpadeo a lo que ven los ojos en comparación con cuando los párpados están cerrados.
Los investigadores midieron la sensibilidad humana para percibir distintos tipos de estímulos, como patrones con diferentes niveles de detalle. Descubrieron que, cuando las personas parpadean, perciben mejor los patrones grandes que cambian gradualmente. Es decir, el parpadeo proporciona información al cerebro sobre el panorama general de una escena visual.
Los resultados muestran que cuando parpadeamos, el rápido movimiento del párpado altera los patrones de luz que estimulan eficazmente la retina. Esto crea un tipo diferente de señal visual para nuestro cerebro en comparación con cuando nuestros ojos están abiertos y enfocados en un punto específico.
"Demostramos que los observadores humanos se benefician de los transitorios del parpadeo, como se predijo a partir de la información que transmiten estos transitorios— afirma Bin Yang, estudiante de posgrado en el laboratorio de Rucci y primer autor del trabajo. Y añade—: Así, contrariamente a lo que se suele suponer, los parpadeos mejoran —en lugar de interrumpir— el procesamiento visual, compensando ampliamente la pérdida de exposición al estímulo".
Los resultados del estudio refuerzan la creciente investigación sobre percepción visual del laboratorio de Rucci y ponen de relieve que la visión humana es una combinación de información sensorial y actividad motora. Cuando olemos o tocamos, por ejemplo, los movimientos de nuestro cuerpo ayudan al cerebro a comprender el espacio. Los investigadores creían que ver era diferente, pero la investigación de Rucci respalda la idea de que la visión se parece más a los demás sentidos.
"Como la información espacial está explícita en la imagen de la retina, se creía que la percepción visual era diferente—afirma Rucci. Y concluye—:Nuestros resultados sugieren que esta visión es incompleta y que la visión se parece a otras modalidades sensoriales más de lo que se suele suponer".
Información facilitada por la Universidad Rochester - Adaptación: Enrique Coperías / RexMolón Ediciones
Fuente: Martin Rolfs, Carolin Hübner. Blink and you see it. Proceedings of the National Academy of Sciences (2024). DOI: /doi/10.1073/pnas.2404021121