Por qué las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de sufrir alzhéimer

La causa de esta correlación podría estar en que las personas con diabetes de tipo 2 tienen más dificultades para deshacerse de una proteína que potencialmente aumenta la probabilidad de contraer la enfermedad de Alzheimer, según advierte un nuevo estudio.

Por Ola Nilsson

Una mujer con diabetes se inyecta insulina. Imagen: Pavel Danilyuk

Las personas con diabetes de tipo 2 corren un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y otros problemas de salud cognitiva adversos. Un nuevo estudio realizado en la Universidad de Umeå (Suecia) muestra que la razón de esta asociación podría deberse a que las personas con diabetes de tipo 2 tienen más dificultades para deshacerse de una proteína que, en potencia, aumenta la probabilidad de contraer el alzhéimer.

La enfermedad de Alzheimer es la forma más frecuente de demencia de inicio en el adulto, y se caracteriza por un deterioro progresivo en la cognición y la memoria. En la actualidad, no hay cura para la enfermedad y los tratamientos actuales son solo para combatir sus síntomas.

"Los resultados pueden ser importantes para seguir investigando posibles tratamientos para contrarrestar el riesgo de que las personas con diabetes de tipo 2 se vean afectadas por el alzhéimer", afirma Olov Rolandsson, profesor del Departamento de Salud Pública y Medicina Clínica de la Universidad de Umeå y líder de la investigación y primer autor del estudio.

Los autores del estudio recuerdan que uno de los rasgos distintivos de la enfermedad de Alzheimer son los llamados depósitos de la proteína beta-amiloide (Aβ) que se acumulan en el cerebro en forma de placas. Del péptido Aβ existe varias versiones, entre las que se encuentran el Aβ1-42 y el Aβ1-40, que son en las que han estudiado los investigadores.

El alzhéimer afecta a más de 800.000 personas en España

Antes de nada hay que decir que en la última década se han desarrollado varias herramientas para controlar el inicio y la progresión del alzhéimer, enfermedad que solo en España afecta a más de 800.000 personas y cuya incidencia podría triplicarse triplicarse de aquí a 2050.

La buena noticia es que cada vez hay más biomarcadores, esto es, biomoléculas específicas presentes en la sangre o el líquido cefalorraquídeo, así como técnicas de imagen médica, que permiten identificar los cambios celulares y cerebrales años antes de que comiencen los primeros síntomas clínicos de la demencia.

En este sentido, los biomarcadores actuales de la enfermedad se centran en medir en el líquido cefalorraquídeo los niveles de los citados péptidos Aβ1-40, Aβ1-42, así como de la proteína Tau, cuyo metabolismo aparece alterado en la enfermedad de Alzheimer y origina una de las marcas delatoras de la enfermedad. Hablamos de los ovillos neurofibrilares.

Para este estudio, Rolandssony sus colegas de la Universidad de Umeå midieron las concentraciones en sangre de Aβ1-40 y Aβ1-42, así como de la enzima que descompone los beta-amiloides, en dos grupos de voluntarios: uno formado por diez personas con diabetes de tipo 2 y otro compuesto por once individuos libres de esta enfermedad, que hacían las veces de control. Los participantes tenían entre 66 y 72 años.

A los dos grupos se les administró una infusión de glucosa durante cuatro horas, lo que indujo una hiperglucemia aguda en todos los participantes, es decir, se les provocó unos niveles elevados de azúcar en sangre, tras lo cual se tomaron repetidas muestras sanguíneas de los sujetos.

Depósitos de beta-amiloide en el cerebro de un enfermo con alzhéimer.

Los hallazgos microscópicos característicos de la enfermedad de Alzheimer incluyen placas neuríticas o placas seniles, que son depósitos extracelulares de la proteína beta amiloide. Cortesía: CNS Pathology

Inmediatamente después de la infusión de la solución azucarada, los dos grupos presentaban valores similares de beta-amiloides. Pero pronto, los niveles descendieron bruscamente en el grupo de control, mientras que los valores de la enzima que degrada esta proteína aumentaron.

En el grupo con diabetes de tipo 2, enfermedad que, por cierto, afecta al 90% de los diabéticos, no se produjeron cambios, es decir, no disminuyeron los niveles de beta-amiloide ni aumentó el de la enzima que degrada el amiloide.

Incapaces de deshacerse de la proteína beta-amiloide

Los resultados del trabajo, que aparecen publicados en el Journal of Alzheimer's Disease, indican que el organismo de las personas con diabetes de tipo 2 no tiene la misma capacidad que el de las personas sanas para hacerse cargo de la proteína beta-amiloide. Esto podría aumentar el riesgo de que luego se almacene en el cerebro y provoque enfermedades cognitivas como el alzhéimer.

"Se necesita más investigación para confirmar los resultados de este estudio limitado —afirma Rolandsson. Y concluye—: Esperemos que, a largo plazo, también pueda conducir a nuevos tratamientos. Pero los resultados subrayan la importancia de prevenir la diabetes de tipo 2 en la medida de lo posible y de que las personas que la padecen eviten tener episodios de hiperglucemia".

No hay que olvidar que la diabetes de tipo 2 es una enfermedad en alza por diversos motivos, como la obesidad, el sedentarismo y el envejecimiento de la población, y que afecta al 13,8% de los españoles mayores de dieciocho años, lo que equivale a más de 5,3 millones de personas, según el estudio di@bet.es. De estos, casi 3 millones están diagnosticados, mientras que 2,3 millones desconocen que padecen la también llamada enfermedad dulce.▪️

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