Por qué la gente dice que tiene razón, aunque esté equivocada
Tener la razón puede ser reconfortante. Por ejemplo, nos proporciona una sensación de seguridad en un mundo que a menudo es incierto. Pero a veces creemos erróneamente que contamos con toda la información para aferrarnos a una verdad que consideramos incuestionable, afirma un nuevo estudio.
Por Enrique Coperías
"Cuando pensamos que nuestro argumento es innegablemente correcto y válido, no dejamos espacio para las opiniones de otros. La tendencia de las personas a creer que tienen razón, incluso cuando están equivocadas, es un fenómeno complejo que viene determinado por una plétora de factores psicológicos, sociales y cognitivos.
Las personas, por ejemplo, tienden a buscar, interpretar y recordar información que confirma sus creencias preexistentes, ignorando o desestimando la evidencia contraria. Esto refuerza la percepción de que sus opiniones son correctas, ya que se rodean de información que las respalda. Además, muchos individuos son víctimas del llamado efecto Dunning-Kruger, un sesgo cognitivo que hace que los individuos con habilidades o conocimientos limitados en un área sobreestimen su competencia.
Por otro lado, cambiar de opinión puede percibirse como una señal de debilidad o incoherencia, por lo que las personas prefieren mantener sus creencias incluso frente a evidencia contradictoria. Esto es así especialmente en los tiempos actuales, donde la sociedad ve un signo de debilidad en cambiar de opinión o postura, o ver la vida con los ojos del prójimo.
Los psicólogos aseguran que admitir un error puede sentirse como una amenaza emocional o un rechazo personal, lo que lleva a la defensa de la propia postura.
La ilusión de suficiencia informativa
También la confianza excesiva en sus conocimientos y habilidades puede llevarnos a cree que siempre nos asiste la razón. en este sentido, la carencia de conocimientos adecuados sobre un tema puede llevar a malentendidos y creencias erróneas. En efecto, sin una base informativa sólida, es más difícil evaluar críticamente las propias creencias y reconocer errores.
Falta de información, un factor clave. Un equipo de investigadores ha descubierto que la gente asume de forma natural que tiene todos los datos que necesita para tomar una decisión o apoyar su postura, incluso cuando no es así. Los autores de este hallazgo llaman a esta brecha en el conocimiento ilusión de suficiencia informativa.
«Hemos detectado que, en general, la gente no se para a pensar si podría haber más información que le ayudara a tomar una decisión más informada —afirma Angus Fletcher, coautor del estudio y profesor de inglés en la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos. Y añade—: Si le das a la gente unos cuantos datos que parecen alinearse con su tesis o razanamiento, la mayoría dirá “eso suena más o menos bien”, y se quedará con eso».
El problema del colegio con escasez de agua
El estudio, en el que participaron 1.261 estadounidenses vía online, ha sido publicado en la revista PLOS ONE. Además, de Fletcher, en él han participado Hunter Gehlbach, psicólogo educativo de la Facultad de Educación de la Universidad Johns Hopkins, y Carly Robinson, investigadora principal de la Facultad de Educación de la Universidad de Stanford.
Los 1.261 participantes se dividieron en tres grupos que leyeron un artículo sobre un colegio ficticio que carecía de agua suficiente. Un grupo leyó un artículo que solo daba razones por las que el colegio debía fusionarse con otro que tuviera agua de más; el artículo de un segundo grupo solo daba razones para permanecer separados y esperar otras soluciones; y el tercer grupo de control leyó todos los argumentos a favor de la fusión de los colegios y a favor de permanecer separados.
Los hallazgos mostraron que los dos grupos que leyeron únicamente la mitad de la historia, ya sea solo los argumentos a favor o en contra de la fusión, aún creían que tenían suficiente información para tomar una buena decisión, según Fletcher. La mayoría de los participantes dijeron que seguirían las recomendaciones del artículo que leyeron.
Esto refuerza la tesis de que las primeras informaciones recibidas sobre un tema, lo que se conoce como el ancla o gancho, influyen desproporcionadamente en las decisiones y creencias posteriores.
«Aquellos con solo la mitad de la información en realidad tenían más confianza en su decisión de fusionarse o permanecer separados que aquellos que habían podido leer la historia completa —explica Fletcher. Y añade—: Estaban bastante seguros de que su decisión era la correcta, aunque carecían de toda la información».
Además, los participantes que tenían la mitad de la información dijeron que pensaban que la mayoría de las otras personas tomarían la misma decisión que ellos.
Dar el brazo a torcer
El estudio también arrojó una buena noticia del estudio, según Fletcher. A algunos de los participantes que habían leído solo un lado de la historia, se les invitó a que leyeran los argumentos de la parte que desconocían. Muchos ellos estaban dispuestos a cambiar de opinión sobre su decisión, una vez que tuvieran el dibujo completo de todos los hechos.
Es posible que eso no funcione todo el tiempo, especialmente en cuestiones ideológicas arraigadas, duda Fletcher. En esos casos, es posible que las personas no confíen en la nueva información o que intenten replantearla para que se ajuste a sus puntos de vista preexistentes.
«Pero la mayoría de los conflictos interpersonales no tienen que ver con la ideología. Son simples malentendidos en el curso de la vida cotidiana», afirma Fletcher.
Abonados al realismo ingenuo
Según este experto, estas conclusiones complementan la investigación sobre el llamado realismo ingenuo, es decir, la creencia de que la comprensión subjetiva de una situación es la verdad objetiva. La investigación sobre el realismo ingenuo suele centrarse en cómo las personas entienden de forma distinta una misma situación.
Pero la ilusión de la adecuación de la información demuestra que las personas pueden compartir la misma interpretación si ambas tienen suficiente información. Fletcher, que estudia cómo influye en las personas el poder de las historias, afirma que la gente debe asegurarse de que conoce la historia completa de una situación antes de adoptar una postura o tomar una decisión.
«Como descubrimos en este estudio, existe un modo predeterminado en el que la gente cree que conoce todos los hechos relevantes, aunque no sea así —explica Fletcher. Y añade—: Lo primero que hay que hacer cuando no se está de acuerdo con alguien es pensar lo siguiente: “¿Hay algo que me esté faltando y que me ayude a ver su punto de vista y a entender mejor su postura?” Esa es la forma de luchar contra esta ilusión de la suficiencia informativa».
Como dijo el filósofo británico Betrand Russell, «el problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas».▪️
Información facilitada por la Universidad Estatal de Ohio
Fuente: Hunter Gehlbach, Carly D. Robinson and Angus Fletcher. The illusion of information adequacy. PLOS ONE (2024). DOI: 10.1371/journal.pone.0310216