Tu cerebro divide el día en capítulos, y una nueva investigación revela cómo lo consigue
Nuestra sesera es capaz de dividir la actividad cotidiana en diferentes episodio, como los que integran una serie de televisión, que luego podemos recordar de forma aislada. Una nueva investigación arroja nueva a luz a la manera en cómo lo consigue y cómo pone el punto final a cada capítulo.
Por Enrique Coperías
Cada vez que una persona cambia de ambiente —por ejemplo, cuando entra en un restaurante tras caminar por la calle—, su cerebro parece iniciar un nuevo capítulo del día. Este fenómeno, que implica un cambio significativo en la actividad cerebral, ocurre repetidamente a lo largo de la jornada, como cuando salimos a almorzar, asistimos al partido de fútbol de nuestros hijos o nos acomodamos en el sofá para ver televisión.
Pero ¿qué es lo que realmente determina la manera en que el cerebro divide el día en eventos separados y que podemos recordar de forma individual?
Esta es la pregunta que un reciente estudio publicado en la revista Current Biology trató de responder. Un equipo de investigadores liderado por Christopher Baldassano, profesor de Psicología en la Universidad de Columbia (Estados Unidos), y Alexandra De Soares, quien formaba parte de su laboratorio en el momento del estudio, se adentró en la compleja tarea de entender cómo nuestra sesera marca los límites entre los diferentes capítulos o episodios, esto es, el principio y el fin, que componen nuestra vida diaria.
¿Por qué creamos «capítulos» de nuestra vida cotidiana en la mente?
Los científicos plantearon la hipótesis de que estos capítulos no están determinados únicamente por cambios externos, como una transición de un ambiente a otro, por ejemplo, montar el el avión y bajarse en el aeropuerto de destino. Aunque este tipo de cambios ambientales puede influir, el equipo sospechaba que el cerebro también podría estar utilizando guiones internos basados en experiencias previas para definir estos límites.
Es decir, nuestra percepción de un nuevo capítulo podría depender tanto de nuestras prioridades actuales como de los cambios visibles en nuestro entorno.
Para probar esta idea, los investigadores diseñaron un experimento con dieciséis narraciones en audio, cada una de entre tres y cuatro minutos de duración. Estas historias se situaban en cuatro lugares distintos —un restaurante, un aeropuerto, un supermercado y un aula de una escuela—, y cada una de ellas trataba una situación social diferente: una ruptura amorosa, una propuesta de matrimonio, un acuerdo de negocios y un encuentro romántico fortuito.
El estudio reveló que la forma en que el cerebro divide una experiencia en eventos separados depende en gran medida de aquello en lo que estamos enfocados. Cuando los participantes escuchaban una historia sobre una propuesta de matrimonio en un restaurante, por ejemplo, su corteza prefrontal organizaba la historia en eventos relacionados con la propuesta, progresando hacia el esperado “sí”.
Sin embargo, si se les pedía que prestaran atención a otros detalles, como los pedidos de comida de la pareja, el cerebro reorganizaba la historia y transformaba esos momentos en nuevos capítulos clave.
El papel activo del cerebro
«Queríamos desafiar la teoría de que los cambios repentinos en la actividad cerebral al comenzar un nuevo capítulo de nuestro día se deben únicamente a cambios externos, que el cerebro solo está respondiendo pasivamente a un cambio en los estímulos sensoriales —explica Baldassano. Y añade—: Nuestro estudio demostró que esto no es así: el cerebro está activamente organizando nuestras experiencias en bloques significativos para nosotros».
Los investigadores midieron cómo y cuándo el cerebro formaba estos nuevos capítulos de dos formas. Primero, mediante escáneres de resonancia magnética (MRI), para identificar la actividad cerebral nueva. Y a un grupo separado de participantes, se les pidió que presionaran un botón cada vez que percibieran el inicio de una nueva parte de la historia. Los resultados mostraron que la sesera dividía las narraciones en capítulos dependiendo de la perspectiva a la que se les había instruido prestar atención.
Este hallazgo no solo se aplicó a la propuesta de matrimonio en el restaurante. Los participantes que escuchaban una historia sobre una ruptura en un aeropuerto podían registrar nuevos capítulos cuando el protagonista pasaba por los controles de seguridad o llegaba a la puerta de embarque, si se les había pedido que se concentraran en detalles del aeropuerto.
De igual manera, aquellos que escuchaban un audio sobre un acuerdo de negocios mientras alguien hacía la compra en un supermercado podían dividir la historia o bien en etapas del acuerdo o bien en las fases del proceso de compra, todo ello en función de las indicaciones recibidas.
Expectativas y memoria a largo plazo
Un aspecto que los investigadores desean explorar más a fondo es cómo las expectativas influyen en la memoria a largo plazo —la capacidad del cerebro para almacenar y recuperar información de manera duradera—. Como parte del estudio, también se pidió a los participantes que relataran todo lo que recordaban de cada historia.
Aunque los resultados aún están en análisis, el equipo espera que esta información ayude a comprender cómo la perspectiva que adoptaron los participantes mientras escuchaban las historias afecta lo que recuerdan después.
Este estudio es parte de un esfuerzo continuo en el campo de la neurociencia para construir una teoría comprensiva de cómo nuestras experiencias en la vida real se dividen en recuerdos de eventos. Los resultados sugieren que el conocimiento previo y las expectativas juegan un papel crucial en este proceso cognitivo.
El desafío de investigar los «episodios» en el cerebro
Baldassano describe este trabajo como un proyecto que le apasiona: «Seguir los patrones de actividad en el cerebro a lo largo del tiempo es un gran reto que requiere el uso de herramientas de análisis complejas». Y continúa—: Utilizar historias significativas y modelos matemáticos para descubrir algo nuevo sobre la cognición es exactamente el tipo de investigación poco convencional en mi laboratorio que más me enorgullece y me emociona».
El estudio aporta una perspectiva fascinante sobre cómo nuestros cerebros son capaces de crear una narrativa coherente y significativa a partir de la corriente continua de estímulos que recibimos a lo largo del día. En lugar de ser meros receptores pasivos, nuestras mentes están activamente moldeando y organizando nuestra percepción de los eventos, transformando lo que podría parecer una secuencia caótica de acciones en capítulos estructurados que podemos entender y recordar.
A medida que los investigadores continúan investigando cómo las expectativas y el conocimiento previo influyen en estos procesos, se espera que este trabajo contribuya significativamente a nuestra comprensión de la memoria y la percepción, y quizá también nos ayude a encontrar nuevas formas de mejorar la retención de información o la interpretación de nuestras experiencias cotidianas. ▪️
Información facilitada por la Columbia University
Fuente: De Soares, Alexandra et al. Top-down attention shifts behavioral and neural event boundaries in narratives with overlapping event scripts. Current Biology (2024). DOI: 10.1016/j.cub.2024.09.013