Misterio arqueológico: el altar de Stonehenge, de seis toneladas, viajó más de 700 kilómetros
El altar del famoso monumento megalítico de Stonehenge no procede de Gales, como se creía, sino del noreste de Escocia. La gigantesca roca pudo llegar hasta el sur de Inglaterra a través de una ruta marítima costeando la isla, según un nuevo estudio.
Por Enrique Coperías
Una nueva investigación dirigida por la Universidad de Curtin, en Australia, ha revelado que la monumental piedra del altar de seis toneladas de Stonehenge, que durante mucho tiempo se creyó que era originaria de Gales, en realidad proviene de Escocia.
Además, los hallazgos, que han emocionado a la comunidad arqueológica, apuntan a la existencia de métodos de transporte inesperadamente avanzados y una sólida organización social en el momento de la llegada de la piedra a su ubicación actual, en el sur de Inglaterra, hace unos 5.000 años.
Stonehenge es uno de los monumentos megalíticos más famosos y enigmáticos del mundo. El círculo de piedra neolítico está ubicado en la llanura de Salisbury, en el sur de Inglaterra. Este sitio prehistórico ha azuzado la imaginación de la gente durante siglos, debido a su impresionante construcción, los misterios que lo rodean y su significado cultural.
Una de las grandes maravillas de Inglaterra
En el siglo XII, el clérigo Enrique de Huntingdon describió el inquietante conjunto como una de las grandes maravillas de Inglaterra, y agregó que nadie sabía quién lo construyó ni por qué. A lo largo de los milenios, su construcción se ha atribuido a los romanos, los vikingos, los sajones, los druidas e incluso a Merlín, el mago de la corte del rey Arturo que, según un relato medieval, usó sus poderes mágicos para transportar las piedras sobre los mares desde Irlanda.
Stonehenge está formado por un conjunto de piedras gigantes, conocidas como megalitos, dispuestas en un patrón circular. La estructura principal consiste en un anillo externo de piedras verticales, conocidas como sarsens, que están rematadas por dinteles horizontales.
Dentro de este anillo externo hay un círculo más pequeño de piedras azules bluestones, y en el centro se encuentra un conjunto de piedras dispuestas en forma de herradura.
La construcción de Stonehenge se realizó en varias fases. Comenzó a levantarse alrededor del 3000 a. C. y continúo hasta aproximadamente el 2000 a. C. Las piedras utilizadas provienen de lugares lejanos: los treinta sarsens, que pesan hasta 25 toneladas cada uno, fueron transportados desde una cantera en Marlborough Downs, a unos 30 km de distancia, mientras que las piedras azules —un total de ochenta— provienen de las montañas Preseli, en Gales, a más de 200 km.
Pero ahora hay nuevas noticias sobre la procedencia de algunas de las piedras de este monumento megalítico. Los investigadores de la Universidad Curtin han estudiado la edad y la química de los granos minerales dentro de fragmentos de la piedra del altar, que es un bloque de arenisca de 50 cm de espesor que mide 5 x 1 metros y que se encuentra en el centro del icónico círculo de piedra del complejo de Stonehenge.
Anthony Clarke, estudiante de doctorado del Grupo de Escalas Temporales de los Sistemas Minerales de la Facultad de Ciencias Planetarias y de la Tierra de Curtin, dice que el análisis de la edad y la composición química de los minerales de los fragmentos de la piedra del altar coincidían con los de las rocas del noreste de Escocia, al tiempo que los diferenciaba claramente del lecho rocoso galés.
La piedra del altar no es el primer artefacto de Stonehenge con vínculos con el norte de la isla
Hay que decir que la piedra del altar no es el primer artefacto de Stonehenge con vínculos con el norte de la isla. «Se sabe desde hace mucho tiempo que una cabeza de maza encontrada en Stonehenge está hecha de gneis lewisiano de las islas Hébridas», dice en la revista Nature Mike Pitts, arqueólogo independiente que escribió How to Build Stonehenge (2022).
«Según nuestros análisis, los granos minerales específicos de la piedra del altar tienen en su mayoría entre 1.000 y 2.000 millones de años, mientras que otros minerales alcanzan los 450 millones de años —explica Clarke en una nota de prensa de la Universidad Curtin. Y añade—: Esto proporciona una huella química distintiva que sugiere que la piedra procedía de rocas de la cuenca de Orcadia, en Escocia, al menos a 750 kilómetros de Stonehenge».
En palabras de los arqueólogos, el nuevo descubrimiento arroja luz sobre los constructores del henges, unas estructuras arquitectónicas de forma casi circular u ovalada que consisten en una excavación limitada por una zanja y un terraplén. Fueron erigidos por una sociedad neolítica que vivió en Gran Bretaña entre aproximadamente el 4300 a. C. y el 2000 a. C.
Esta cultura floreció en las islas Orcadas, en Escocia, en los siglos anteriores a que se completara Stonehenge, y los arqueólogos siempre han quedado cautivados por sus tradiciones artísticas y cerámicas, así como por los monumentos que erigieron. «Construyeron monumentos que señalaban estas amplias conexiones —dice Leary en la revista Nature. Y añade—: Me parece que estas personas del Neolítico tardío eran maestros geólogos, capaces de leer la piedra y comprender dónde se originó y las conexiones que simbolizaba».
¿Cómo se transportó una piedra tan grande?
Dado su origen escocés, los hallazgos plantean preguntas fascinantes, sobre todo si tenemos en cuenta las limitaciones tecnológicas de los habitantes del Neolítico. La principal es cómo se transportó una piedra tan grande a través de grandes distancias en torno al año 2600 a.C.».
«Este descubrimiento también tiene un significado personal para mí. Crecí en Mynydd Preseli (Gales), de donde proceden algunas de las piedras de Stonehenge —explica Clarke. Y añade—: Visité Stonehenge por primera vez cuando tenía un año y ahora, a los veinticinco, he regresado desde Australia para ayudar a hacer este descubrimiento científico; se podría decir que he cerrado el círculo en el círculo de piedras».
El coautor del estudio, el profesor Chris Kirkland, también del Grupo de Escalas Temporales de Sistemas Minerales de Curtin, afirma que los hallazgos tienen importantes implicaciones para comprender las antiguas comunidades, sus conexiones y sus métodos de transporte.
Una ruta marítima a lo largo de la costa de Gran Bretaña
«Nuestro descubrimiento sobre los orígenes de la piedra del altar pone de relieve un importante nivel de coordinación social durante el Neolítico, y contribuye a dibujar un fascinante panorama de la Gran Bretaña prehistórica —sostiene el profesor Kirkland. Y continúa—: Transportar un cargamento tan voluminoso por tierra desde Escocia hasta el sur de Inglaterra habría sido extremadamente difícil, lo que indica la existencia de una ruta marítima a lo largo de la costa de Gran Bretaña».
Si los pueblos del Neolítico británico trasladaron la enorme roca por tierra o por mar es una pregunta que está en el aire. La tierra entre Escocia y Stonehenge es accidentada, lo que dificulta su traslado. "No puedo verlos arriesgando una carga tan valiosa en un viaje tan peligroso", dice Pitts en Nature.
Jim Leary, arqueólogo de la Universidad de York, en el Reino Unido, cree que un viaje por mar es lo más probable. «Subestimamos seriamente sus habilidades y tecnologías —comenta Leary haciendo referencia a los hombres y mujeres del Neolítico. Y añade—: Nunca hemos encontrado ninguno de sus barcos, pero sabemos que eran capaces de transportar ganado, ovejas y cabras por mar».
Todo un espectáculo
Cualquiera que sea el método que usaran, los científicos coinciden en que el transporte de una piedra tan importante probablemente habría sido un espectáculo, ya que las personas que vivían a lo largo de la ruta acudieron a presenciar el evento.
En palabras del profesor Kirkland, «esto implica la existencia de redes comerciales a larga distancia y un nivel de organización social superior al que se cree que existió durante el Neolítico en Gran Bretaña».
La investigación, que ha sido financiada por un proyecto Discovery del Consejo Australiano de Investigación, se llevó a cabo en colaboración con la Universidad de Aberystwyth, la Universidad de Adelaida y el University College de Londres.
El coautor del hallazgo, el profesor Richard Bevins, de la Universidad de Aberystwyth (Reino Unido), comenta que los descubrimientos revocan lo que se había pensado durante el siglo pasado. «Hemos conseguido determinar, por así decirlo, la edad y las huellas químicas de una de las piedras más icónicas de este monumento antiguo de fama mundial», dice el profesor Bevins.
«Aunque ahora podemos afirmar que esta roca emblemática es escocesa y no galesa, todavía queda mucho por hacer para determinar con exactitud de qué parte del noreste de Escocia procede la piedra del altar», confiesa el profesor Bevins.
Por qué fueron tan lejos en busca de la piedra del altar
El coautor del nuevo trabajo, Robert Ixer, del Instituto de Arqueología de la University College de Londres, comenta que los hallazgos eran realmente chocantes, pero que si la tectónica de placas y la física atómica eran correctas, entonces la piedra del altar es escocesa.
«El trabajo suscita dos preguntas importantes: ¿por qué y cómo exactamente se transportó la piedra del altar desde el mismo norte de Escocia, una distancia de más de 700 kilómetros, hasta Stonehenge?».
«Rastrear estas piedras siempre ha sido como perseguir a un conejo: siempre está saltando delante de ti. Creo que vamos a tener muchas más sorpresas a medida que avancemos», confiesa en Nature el coautor del estudio Rob Ixer, geólogo del University College de Londres que ha pasado décadas rastreando las fuentes de los monolitos de Stonehenge. ▪️
Información facilitada por la Universidad Curtin -Adaptación: Enrique Coperías / RexMolón Producciones
Fuente: Clarke, A. J. I., Kirkland, C. L., Bevins, R. E. et al. A Scottish provenance for the Altar Stone of Stonehenge. Nature (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/s41586-024-07652-1