Los dinosaurios desafían una regla de la naturaleza
El tamaño de los dinosaurios no está determinado por el clima, como cabría esperar, asegura un nuevo estudio.
Por Marmian Grimes
Una nueva investigación dirigida por científicos de la Universidad de Alaska Fairbanks (Estados Unidos) y la Universidad de Reading (Reino Unido) cuestiona la regla de Bergmann, un principio científico del siglo XIX que establece que los animales en climas más fríos de latitudes altas tienden a ser más grandes que sus parientes cercanos que viven en climas más cálidos.
Recordemos que la regla de Bergmann es un principio biogeográfico propuesto en 1847 por el biólogo alemán Carl Bergmann. Esta sugiere que las poblaciones y especies de animales de sangre caliente tienden a ser de mayor tamaño en climas más fríos y de menor tamaño en climas más cálidos.
Grandes en ambientes fríos, pequeños en ambientes cálidos.
Esta tendencia se explica generalmente por la relación entre el volumen y el área superficial del cuerpo: los animales más grandes tienen una menor superficie corporal en relación con su volumen, lo que les ayuda a conservar mejor el calor en ambientes fríos. Por el contrario, los animales más pequeños tienen una mayor superficie corporal en relación con su volumen, lo que facilita la disipación del calor en ambientes cálidos.
Aunque la regla de Bergmann se ha observado en muchas especies, hay excepciones, y no se aplica universalmente. La validez de la regla de Bergmann y su aplicabilidad pueden variar en función de factores específicos de la especie, como el comportamiento, la fisiología y el hábitat. Además, la influencia de la selección natural y otros factores evolutivos pueden modificar o incluso contrarrestar las tendencias esperadas según la regla de Bergmann.
"Nuestro estudio muestra que la evolución de los diversos tamaños corporales en dinosaurios y mamíferos no puede reducirse a ser simplemente una función de la latitud o la temperatura—advierte Lauren Wilson, de la Universidad de Alaska Fairbanks (UAF) y autora principal de un artículo publicado en la revista Nature Communications. Y añade—: Descubrimos que la regla de Bergmann solo es aplicable a un subconjunto de animales homeotermos (aquellos que mantienen temperaturas corporales estables), y solo cuando se considera la temperatura, ignorando todas las demás variables climáticas. Esto sugiere que la regla de Bergmann es en realidad la excepción y no la regla".
El estudio comenzó como una simple pregunta que Wilson discutió con su asesor universitario: ¿Se aplica la regla de Bergmann a los dinosaurios?
Dinosaurios inmunes al frío y las nevadas.
Después de evaluar cientos de datos extraídos del registro fósil, la respuesta parecía un rotundo no.
El conjunto de datos incluía los dinosaurios más septentrionales conocidos por los científicos, los de la Formación Prince Creek de Alaska. Experimentaron temperaturas bajo cero y nevadas. A pesar de esto, los investigadores no encontraron ningún aumento notable en el tamaño corporal de ninguno de los dinosaurios del Ártico.
En este sentido, cabe destacar llamados dinosaurios del Ártico se refieren a las especies de dinosaurios que vivieron en las regiones del Ártico durante la era mesozoica, particularmente durante el período cretácico. Lo que hace a estos dinosaurios particularmente fascinantes es su capacidad para sobrevivir en condiciones que se presumen eran mucho más frías y extremas que las de otras regiones donde se han encontrado dinosaurios.
Los fósiles de dinosaurios en regiones árticas y antárticas han proporcionado valiosa información sobre la distribución y diversidad de los dinosaurios. Los descubrimientos incluyen una variedad de tipos de dinosaurios, desde grandes herbívoros hasta carnívoros feroces. Estos hallazgos indican que las regiones polares albergaban ecosistemas ricos y diversos, capaces de sustentar una amplia gama de vida dinosauria.
Volviendo al nuevo trabajo, los investigadores intentaron a continuación llevar a cabo la misma evaluación con mamíferos y aves modernos, descendientes de mamíferos y dinosaurios prehistóricos. Los resultados fueron en gran medida los mismos: la latitud no predecía el tamaño corporal en las especies modernas de aves y mamíferos. Existía una pequeña relación entre el tamaño corporal de las aves modernas y la temperatura, pero no ocurría lo mismo con las aves prehistóricas.
Un buen ejemplo de cómo utilizar el registro fósil para comprobar reglas e hipótesis científicas.
Los investigadores dicen que el estudio es un buen ejemplo de cómo los científicos pueden y deben utilizar el registro fósil para probar las reglas e hipótesis científicas actuales.
"El registro fósil ofrece una ventana a ecosistemas y condiciones climáticas completamente distintos, lo que nos permite evaluar la aplicabilidad de estas normas ecológicas de una forma totalmente nueva", afirma Jacob Gardner, investigador postdoctoral de la Universidad de Reading y otro de los autores principales del trabajo.
Según Pat Druckenmiller, director del Museo del Norte de la Universidad de Alaska y otro de los coautores del artículo, las normas científicas deberían aplicarse a los organismos fósiles del mismo modo que a los modernos.
"No se pueden entender los ecosistemas modernos si se ignoran sus raíces evolutivas. Hay que mirar al pasado para entender cómo las cosas se convirtieron en lo que son hoy", advierte Druckenmiller.
Información facilitada por la University of Alaska Fairbanks - Adaptación: Enrique Coperías / RexMolón Ediciones
Fuente: Wilson, L.N., Gardner, J.D., Wilson, J.P. et al. Global latitudinal gradients and the evolution of body size in dinosaurs and mammals. Nature Communications (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/s41467-024-46843-2