Las hembras duermen menos y se despiertan con más frecuencia que los machos
Los machos y las hembras de los animales tienen patrones de sueño profundamente diferentes, según nuevo estudio llevado a cabo con ratones. El hallazgo tiene importantes implicaciones para la investigación biomédica en humanos.
Por Enrique Coperías
Las hembras de los mamíferos duermen menos, se despiertan más a menudo y tienen un sueño menos reparador que los machos, según un nuevo estudio con animales realizado por investigadores de la Universidad de California en Boulder (Estados Unidos).
Los resultados, publicados en la revista Scientific Reports, arrojan nueva luz sobre las bases biológicas que subyacen a las diferencias de sueño detectadas entre hombres y mujeres, y podrían tener importantes implicaciones para la investigación biomédica, que durante décadas se ha centrado principalmente en los varones.
«En los seres humanos, hombres y mujeres presentan patrones de sueño distintos, a menudo atribuidos a factores relacionados con el estilo de vida y las tareas de cuidado —afirma Rachel Rowe, autora principal y profesora de Fisiología Integrativa, en la nota de prensa emitida por la Universidad de California en Boulder. Y añade—: Nuestros resultados sugieren que los factores biológicos pueden desempeñar un papel más trascendental de lo que pensábamos en la manifestación de estas diferencias de sueño».
Los trastornos del sueño afectan a cerca del 40% de la población
La investigación sobre el sueño se ha disparado en los últimos años, con miles de estudios en animales donde se explora el impacto de la falta de sueño en el riesgo de sufrir determinadas enfermedades, como la diabetes, la obesidad, el Alzheimer y los trastornos inmunitarios, así como el impacto de estas dolencias en la calidad del sueño.
No hay que olvidar que los trastornos del sueño, desde dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido hasta quedarse dormido en momentos inapropiados y dormir demasiado, afectan a cerca del 40% de la población mundial, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mientras tanto, los ratones han sido a menudo los primeros en ser probados para ver si los nuevos fármacos, incluidos los medicamentos para el insomnio, funcionan y cuáles son sus efectos secundarios. Pero muchos de esos resultados pueden estar sesgados por la falta de representación femenina, sugiere el nuevo estudio.
Cómo duermen los ratones
«Esencialmente, hemos descubierto que la cepa de ratones más utilizada en la investigación biomédica tiene un comportamiento del sueño específico según el sexo, y que no tener en cuenta adecuadamente estas diferencias sexuales puede conducir fácilmente a interpretaciones erróneas de los datos», explica Grant Mannino, coautor de la investigación y experto en psicología y neurociencia.
Para este estudio no invasivo, los autores utilizaron jaulas especializadas revestidas con sensores de movimiento ultrasensibles para evaluar los patrones de sueño de 267 ratones C57BL/6J.
Los machos dormían una media de 670 minutos cada periodo de 24 horas, aproximadamente una hora más que las hembras. Ese sueño extra era sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM), el sueño reparador en el que el cuerpo trabaja para repararse.
Los ratones son nocturnos y polifásicos, es decir, duermen unos minutos antes de despertarse brevemente para observar su entorno y reanudar el sueño. Según el estudio, el sueño de las hembras es aún más breve y fragmentado.
Las hembras están diseñadas para ser más sensibles a su entorno
Se han observado diferencias similares en los patrones de sueño asociadas al sexo en otras criaturas, como las moscas de la fruta, las ratas, los peces cebra y las aves. Evolutivamente, tiene sentido.
«Desde un punto de vista biológico, podría ser que las hembras están diseñadas para ser más sensibles a su entorno y estar excitadas cuando lo necesitan, porque normalmente son las que cuidan de las crías —propone Rowe—. Si durmiéramos tanto como los hombres, no avanzaríamos como especie, ¿verdad?».
Es probable que las hormonas del estrés, como el cortisol, que favorece la vigilia, y las hormonas sexuales desempeñen un papel nada desdeñable. Por ejemplo, las mujeres suelen dormir peor durante el ciclo menstrual, cuando los niveles de estrógeno y progesterona son más bajos.
Algunos expertos han planteado la hipótesis de que las mujeres necesitan dormir menos por naturaleza.
«Para mí, la pregunta es la siguiente: ¿estamos generando demasiado estrés porque no dormimos tanto como nuestro marido o pareja, y pensamos que dormimos mal cuando en realidad es un perfil de sueño normal para nosotras?, dice Rowe.
Ella y sus colegas esperan que sus hallazgos inspiren más investigaciones sobre las diferencias biológicas subyacentes. Y lo que es más importante, aspiran a que el estudio impulse a los científicos a reevaluar la forma en que investigan. Si las mujeres están subrepresentadas en los ensayos clínicos, los medicamentos que funcionan mejor para ellas pueden parecer ineficaces, o los efectos secundarios que más afectan pueden pasar desapercibidos.▪️
Información facilitada por la Universidad de California en Boulder
Fuente: Mannino, G. S., Green, T. R. F., Murphy, S. M. et al. The importance of including both sexes in preclinical sleep studies and analyses. Scientific Reports (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/s41598-024-70996-1