La mitad de los niños con déficit de atención e hiperactividad (TDAH) experimenta problemas emocionales

Científicos demuestran que los problemas para regular las emociones, que pueden manifestarse como depresión, ansiedad y arrebatos explosivos, pueden ser un síntoma central de los niños con déficit de atención.

Universidad de Cambridge

Niño con TDAH.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad podría afectar hasta al 7% de los niños en edad escolar, y persiste en el 4,5% de los adultos. Imagen conceptual generada con DALL-E

En una investigación publicada en Nature Mental Health, un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) alerta de que hasta uno de cada dos niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) muestra signos de desregulación emocional, y que el Ritalin —el fármaco comúnmente recetado para tratar la enfermedad— parece ser menos eficaz para tratar este síntoma.

Recordemos que el Ritalin es el nombre comercial de un medicamento conocido genéricamente como metilfenidato. Se utiliza principalmente para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el trastorno por déficit de atención sin hiperactividad (TDA) en niños y adultos. Funciona aumentando los niveles de ciertos neurotransmisores en el cerebro, lo que ayuda a mejorar la atención y reducir la hiperactividad y la impulsividad en personas con estos trastornos.

El TDAH afecta a uno de cada catorce jóvenes menores de dieciocho años, y en la mitad de los casos persiste en la edad adulta. El trastorno causa problemas como hiperactividad, impulsividad y dificultad para centrar la atención.

Depresión, ansiedad y otros trastornos del ánimo.

Cada vez está más claro que algunas personas con TDAH también presentan problemas de autocontrol, lo que afecta a su capacidad para regular las emociones. Por ejemplo, uno de cada cincuenta (el 2,1%) niños con diagnóstico de TDAH padece también un trastorno del estado de ánimo, como depresión, mientras que más de uno de cada cuatro (27,4%) sufre un trastorno de ansiedad. Muchos de ellos también tienen arrebatos verbales o físicos debido a su incapacidad para regular sus emociones.

Estos problemas se pensaban que eran resultado de otros síntomas asociados con el TDAH, como problemas de cognición y motivación. Pero el nuevo estudio muestra que la desregulación emocional ocurre independientemente de estos.

Los investigadores examinaron datos del Estudio ABCD, una gran cohorte longitudinal que rastrea el desarrollo cerebral y la salud mental de niños de todo Estados Unidos. Los datos sobre los síntomas del TDAH estaban disponibles para poco más de 6.000 de estos niños, lo que permitió a los investigadores atribuir una puntuación a cada individuo indicando su probabilidad de tener TDAH.

Un equipo de científicos de la Universidad de Fudan en Shanghái (China) y la Universidad de Cambridge identificó a 350 individuos dentro de la cohorte que tenían altas puntuaciones en ciertos síntomas que cumplían con el umbral clínico para el TDAH. Dos tercios (65.7%) de estos eran hombres.

Cuando mi hijo está enfadado…

Los padres o tutores de los niños y adolescentes de la cohorte habían rellenado previamente una serie de cuestionarios, que incluían cuestiones relacionadas con el comportamiento emocional, como por ejemplo:

  1. Cuando mi hijo está enfadado, tiene dificultades para controlar su comportamiento.

  2. Cuando mi hijo está enfadado, sabe que puede encontrar la manera de sentirse mejor.

  3. Cuando mi hijo está enfadado, empieza a sentirse muy mal consigo mismo.

Los investigadores descubrieron que la mitad (51,4%) de los individuos del grupo con síntomas elevados mostraban signos de desregulación emocional, independientemente de los problemas cognitivos y motivacionales.

Los científicos han descubierto que una región del cerebro conocida como pars orbitalis es más pequeña entre los niños que puntúan alto en los test de TDAH y problemas emocionales. Imagen generada con DALL-E

Entre los niños que solo presentaban síntomas leves de TDAH a los doce y trece años, los que tenían una puntuación alta de desregulación emocional a los trece años tenían 2,85 veces más probabilidades de haber desarrollado síntomas altos de TDAH a los catorce años, en comparación con los que tenían una puntuación baja de desregulación emocional.

Cuando los investigadores examinaron los datos de imágenes cerebrales disponibles de algunos de los participantes, descubrieron una región concreta del cerebro conocida como pars orbitalis que era más pequeña entre los niños que puntuaban alto en TDAH y problemas emocionales.

La pars orbitalis se encuentra en la parte frontal del cerebro y desempeña un papel importante en la comprensión y el procesamiento de las emociones y la comunicación, así como en el control inhibitorio del comportamiento, lo que podría explicar algunas de las conductas observadas en el TDAH.

La pars orbitalis es una región del cerebro básica para el control de las emociones.

“La pars orbitalis es una parte del cerebro bien conectada, y si no se ha desarrollado adecuadamente puede dificultar que las personas controlen sus emociones y se comuniquen con los demás adecuadamente, sobre todo en situaciones sociales”, explica la catedrática Barbara Sahakian, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge.

“Los padres y los profesores suelen decir que tienen problemas para controlar a los niños con TDAH, y podría ser que cuando los niños no pueden expresarse bien —cuando tienen dificultades emocionales— no sean capaces de controlar sus emociones y tengan un arrebato en lugar de comunicarse con los padres, el profesor o el otro niño”, dice Sahakia.

Sahakian espera que el reconocimiento de la desregulación emocional como parte clave del TDAH ayude a comprender mejor los problemas que experimenta el niño. Esto podría llevar a utilizar tratamientos eficaces para la regulación de las emociones, como la terapia cognitivo-conductual.

Los hallazgos también pueden señalar posibles maneras de ayudar al niño a manejar sus emociones, por ejemplo, utilizando técnicas de comportamiento cognitivo para aprender a detenerse y pensar antes de reaccionar, y a expresar sus sentimientos verbalmente, o usar técnicas como el ejercicio o la relajación para calmarse o aliviar los síntomas de la depresión y la ansiedad.

El reconocimiento de la desregulación emocional como parte clave del TDAH podría llevar a utilizar tratamientos eficaces para la regulación de las emociones, como la terapia cognitivo-conductual. Imagen generada con DALL-E

Esto puede ser particularmente importante ya que los investigadores encontraron que el Ritalin, el medicamento utilizado para ayudar a manejar los síntomas del TDAH, no parece tratar completamente los síntomas de la desregulación emocional.

Identificar el problema antes permitiría intervenciones alternativas y más efectivas para ayudar al niño a manejar mejor sus emociones, potencialmente ayudando al individuo en la edad adulta.

"Si tienes problemas para controlar tus emociones, esto puede llevar a problemas con las interacciones sociales, lo que exacerba aún más cualquier depresión o ansiedad que puedas tener —dice Qiang Luo, de la Universidad de Fudan. Y continúa—: También podría significar que estás diciendo o haciendo cosas que agravan una situación en lugar de calmarla. Enseñar a individuos vulnerables desde una edad temprana cómo manejar sus emociones y expresarse podría ayudarlos a superar tales problemas en el futuro.”

Aunque no está claro qué causa exactamente estos problemas en primer lugar, los investigadores hallaron indicios de una relación con una posible disfunción del sistema inmunitario, ya que los individuos que presentaban signos de desregulación emocional mostraban porcentajes más elevados de ciertos tipos de células inmunitarias.

Sahakian concluye lo siguiente: “Ya sabemos que los problemas del sistema inmunitario pueden estar relacionados con la depresión, y hemos observado patrones similares en individuos con TDAH que experimentan desregulación de las emociones”.

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