La inteligencia artificial no es una amenaza para la música

Los músicos tienen poco que temer de la inteligencia artificial, aunque desaparezcan algunos tipos de trabajo relacionados con la música. Lo más importante es proteger el oficio, cree el investigador Steinar Jeffs.

Por Enrique Coperías, con información de Walter Norman Wehus

Ahora es posible hacer música sin saber tocar un instrumento, simplemente alimentando a la IA con instrucciones detalladas. Imagen generada con DALL-E

A muchos artistas y profesionales creativos les preocupa que la inteligencia artificial (IA) se haga cargo de cada vez más tareas que les competen a ellos.

Las preocupaciones de los artistas sobre la IA abarcan una mezcla de realidades tangibles y percepciones subjetivas. Mientras que algunas de estas inquietudes están fundamentadas en cambios reales en la industria y el mercado, otras son más sobre la percepción del futuro y el miedo a lo desconocido.

Muchos artistas piensan que la automatización de tareas creativas puede llevar a una reducción en la demanda de ciertos tipos de trabajos artísticos, especialmente en áreas donde la IA puede producir resultados similares a un coste menor. Otros se sienten preocupados por la utilización de obras existentes para entrenar modelos de IA sin el consentimiento de los artistas, algo que plantea serias dudas sobre la propiedad de las creaciones generadas y la compensación justa para los autores originales.

La IA puede desestabilizar el mercado artístico

Por otro lado, existe el riesgo de una desvalorización del arte. En efecto, la proliferación de obras generadas por IA podría desestabilizar el mercado artístico, y hacer que el trabajo humano sea percibido como menos valioso en comparación con las creaciones rápidas y económicas producidas por máquinas. Además, si los algoritmos de IA son entrenados con un conjunto de datos sesgados, esto puede resultar en obras que no representen adecuadamente diversas culturas o perspectivas, perpetuando estereotipos existentes.

Hay quienes advierten de que la dependencia de la inteligencia artificial como herramienta creativa puede alterar la forma en que los artistas conceptualizan y producen su trabajo, lo que podría afectar la autenticidad y originalidad de sus creaciones.

No cabe duda de que la discusión continua sobre la relación entre la IA y el arte es fundamental para abordar estas preocupaciones y buscar un equilibrio que beneficie a los artistas y a la industria en general. De momento, estas preocupaciones reflejan un panorama en el que los artistas están buscando entender y adaptarse a un mundo en el que la IA juega un papel cada vez más prominente.

Por ejemplo, varias grandes empresas ya han utilizado imágenes de IA en campañas publicitarias, en lugar de contratar ilustradores.

Entiendo que los artistas visuales estén preocupados, dado que la tecnología de texto a imagen funciona tan bien. Pero los músicos quieren hacer música a pesar de todo. El proceso en sí tiene valor para ellos.
— Steinar Jeffs, de la Universidad de Agder

También se ha hecho más popular ofrecer a los fans una visión del proceso creativo. Así es, los artistas publican en las rede sociales notas de voz de sus canciones o comparten vídeos del proceso de creación en el estudio.

«El apetito por lo auténtico y sin procesar parece ir en aumento, y no es inconcebible que veamos tendencias similares también en las artes visuales y otros campos», afirma Jeff, investigador del centro CreaTeMe de la Universidad de Agder, en Noruega. También es el presentador del podcast Artificial Art, donde habla con músicos, tecnólogos e investigadores noruegos e internacionales sobre su uso de la IA y otras herramientas tecnológicas en la música.

La experiencia musical gira en torno a las personas

El streaming ha reducido los ingresos de los músicos por la venta de discos. Esto ha convertido los conciertos en la principal fuente de dinero para muchos de ellos. «La inteligencia artificial no se apoderará del mercado de los conciertos. A la gente siempre le interesará lo que hacen los demás. Y seguiremos queriendo experimentar la música en directo», afirma Jeffs en una nota de prensa de la Universidad de Agder.

Al mismo tiempo, Jeffs ve que ya están desapareciendo muchos trabajos secundarios para los músicos. Entre ellos, la creación de música de fondo, jingles para radio y podcasts, y música para películas, juegos y publicidad.

Otro campo del que la IA podría hacerse cargo es la transcripción de música a partituras y la realización de arreglos para coros y orquestas.

«Aunque muchos de estos trabajos desaparecerán, seguirá siendo necesario que los seres humanos hagan música que cree una profunda conexión emocional. Sin embargo, gran parte de la música que oímos de fondo en los reality shows, por ejemplo, podría producirse mediante IA», afirma Jeffs.

«Muchas de las cosas más interesantes que suceden en la imaginación de uno a menudo pueden ser imposibles de expresar con palabras. Esa es una de las grandes cosas de la música, el hecho de que puede ser indescriptible», dice Steinar Jeffs.

Uso creativo de la IA

Varios de los músicos entrevistados por Jeff emplean activamente la inteligencia artificial en su producción musical. «Algunos utilizan la IA como colaborador creativo a la hora de componer canciones, ya que les da libertad para experimentar sin miedo a las críticas —explica Jeffs. Y añade—: Otros utilizan los errores de la IA como trampolín para nuevas ideas. Y algunos descubren que tienen más tiempo para la creatividad cuando la IA se encarga de las tareas rutinarias».

No obstante, muchos compositores comparten la preocupación de que la música se vuelva más uniforme, dado que la IA recurre a música que ya existe cuando crea algo nuevo. La música también puede volverse rápidamente demasiado «correcta», señala Jeffs ,y hace referencia a un episodio de podcast en el que entrevistó al investigador Daniel Nordgård: «Take on Me de A-ha es una lección de cómo no escribir en inglés. Si ese proceso de composición de la canción se hubiera sometido al ChatGPT para garantizar que el texto fuera correcto, ¿habría seguido siendo un éxito?».

Mala artesanía, malas ideas

Ahora es posible hacer música sin saber tocar un instrumento, simplemente alimentando a la IA con instrucciones detalladas. Jeffs, sin embargo, tiene algunas reservas sobre cómo este desarrollo puede afectar a las futuras generaciones de músicos.

«Algunos dicen que los artistas del futuro dominarán el arte de redactar descripciones o instrucciones para la IA. Pero cultivar el gusto requiere mucho tiempo y esfuerzo. ¿Realmente puedes escribir prompts que produzcan algo interesante si no te has sumergido a fondo en el oficio?», se pregunta Jeffs.

Steinar Jeffs es investigador en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Agder.

Más democrático

A pesar de los retos, Jeffs es optimista. Cree que la inteligencia artificial puede dar a los músicos nuevas oportunidades para competir con los grandes. «La nueva forma de ser descubierto como artista ya no es a través de una discográfica. Más a menudo, ocurre en forma de microcultura, normalmente a través de un youtuber popular u otras plataformas de medios sociales», afirma Jeffs.

En las primeras fases, la IA puede ayudar con cosas como la logística de las giras, generar comunicados de prensa o filtrar el ruido en los episodios de podcast (una tarea que el propio Jeffs delega en la IA).

Sin embargo, también advierte de que la música podría volverse anodina si la próxima generación de músicos pierde el contacto con el oficio.

«Creo que hay que tener una conexión profunda con la música y los elementos fundamentales de los que está hecha, para poder crear algo que realmente resuene en el público. Lo mismo puede decirse de convertirse en un buen apuntador», concluye Jeffs.

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