La guerra afecta al ADN de los niños y ralentiza su desarrollo

Los niños que viven en países devastados por la guerra no solo sufren problemas de salud mental, sino que el conflicto bélico puede causar cambios biológicos adversos a nivel del ADN, lo que podría tener un impacto en la salud de por vida, según un estudio.

Por Enrique Coperías

La guerra puede desencadenar respuestas biológicas únicas en el organismo de los pequeños que afectan a su salud, quizá de por vida.

La guerra puede desencadenar respuestas biológicas únicas en el organismo de los pequeños que afectan a su salud, quizá de por vida. Cortesía: UNICEF / Ramzi Haidar

Según un estudio pionero de la Universidad de Surrey, en el Reino Unido, los niños que viven en países asolados por la guerra no solo padecen problemas de salud mental, sino que el conflicto armado puede provocar cambios biológicos adversos en el ADN que podrían repercutir en su calidad de vida para siempre.

En el primer estudio de este tipo, el equipo de investigadores recogió muestras de saliva de 1.507 niños refugiados sirios de entre seis y diecinueve años que vivían en asentamientos del Líbano. En concreto, analizaron la metilación del ADN (DNAm), un proceso epigenético en el que se añaden etiquetas químicas al ADN en varios lugares del genoma, esto es, el conjunto completo de genes. Los cambios en la ADNm pueden activar o desactivar genes sin cambiar la información contenida en el ADN.

Los investigadores utilizaron cuestionarios, cumplimentados tanto por los niños como por sus cuidadores, para medir la exposición a los acontecimientos relacionados con la guerra vividos por el niño.

Aproximadamente 1,2 millones de personas se han visto desplazadas en el Líbano por la escalada del conflicto en Oriente Próximo, incluidos unos 400.000 niños. Cortesía: UNICEF /Nader

Los investigadores de la Universidad de Surrey, en colaboración con el University College de Londres, el Instituto de Desarrollo, Investigación, Defensa y Atención Aplicada del Líbano, la Universidad St Georges del Líbano y una importante ONG internacional, descubrieron que los menores que habían estado expuestos a acontecimientos bélicos mostraban modificaciones químicas en varios lugares y regiones del genoma.

Algunas de estas metilaciones estaban relacionadas con genes implicados en funciones críticas, como es el caso de la neurotransmisión —la transmisión de un impulso nervioso a lo largo de una fibra nerviosa o de una neurona a otra a través de las sinápsis— y el transporte intracelular, cómo se mueven los materiales dentro de las células.

No se sabe que estos cambios específicos en el ADN estén presentes en otras formas de trauma, como la pobreza o el acoso escolar, lo que sugiere que la guerra puede desencadenar respuestas biológicas únicas en el organismo.

Si bien es sabido que la guerra tiene un impacto adverso en la salud mental de los niños, nuestro estudio ha hallado pruebas de los mecanismos biológicos subyacentes a este efecto [el conflicto bélico]. También hemos descubierto que la guerra está relacionada con un envejecimiento epigenético más lento, lo que podría significar que la guerra está afectando al desarrollo de los niños.
— Michael Pluess, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Surrey

En palabras de Pluess, que es el autor principal de esta investigación, «en conjunto, nuestro estudio ofrece una imagen más clara del trágico coste de la guerra, más allá del estrés mental, para los muchos millones de niños atrapados en medio de ella».

Este trabajo forma parte del proyectoo BIOPATH, un estudio de cohortes que comenzó en 2017. BIOPATH es el primer estudio a gran escala de este tipo entre niños refugiados, que sienta las bases para una comprensión más profunda de cómo el trauma afecta al desarrollo de la salud mental.

Por otro lado, los investigadores también analizaron las diferencias en los efectos biológicos de la guerra entre niños y niñas. Descubrieron que las niñas que habían vivido situaciones de guerra mostraban cambios más significativos en el ADN que los niños, sobre todo en los genes relacionados con la respuesta al estrés y el desarrollo cerebral.

Interruptores de los genes

Aunque tanto niños como niñas se vieron afectados, las niñas mostraron una respuesta biológica más fuerte a la exposición a la guerra, lo que sugiere que pueden ser más vulnerables a los efectos a largo plazo del trauma a nivel molecular.

Hay que señalar que la metilación del ADN es un proceso natural en el que pequeños grupos químicos, llamados grupos metilo, se añaden a ciertas partes de nuestro ADN. Estos grupos actúan como interruptores, activando o desactivando genes o ajustando su intensidad de expresión. Lo importante es que esto no cambia la propia secuencia del ADN, como se ha comentado.

La metilación del ADn desempeña un papel clave en el desarrollo normal y puede verse influido por factores como la dieta, el estrés y la exposición a traumas. Cuando alguien experimenta sucesos extremos, como una guerra, pueden producirse cambios en la metilación del ADN, que podrían afectar a su salud física y mental a largo plazo. Los científicos estudian estos cambios para comprender cómo las experiencias estresantes pueden dejar marcas biológicas duraderas en el organismo.▪️

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