Identifican la tasa más rápida de aumento natural de dióxido de carbono en los últimos 50.000 años

La tasa actual de aumento del dióxido de carbono atmosférico es diez veces más rápida que en cualquier otro momento de los últimos 50.000 años, según un análisis químico detallado del primitivo hielo antártico.

Por la Oregon State University

Un trozo de un núcleo de hielo de la Antártida. Los investigadores estudian las sustancias químicas atrapadas en el hielo viejo para conocer el clima pasado.

Un trozo de un núcleo de hielo de la Antártida. Los investigadores estudian las sustancias químicas atrapadas en el hielo antiguo para conocer el clima pasado. Crédito: Katherine Stelling / Oregon State University.

Los resultados, que acaban de publicarse en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), aportan nuevos e importantes conocimientos sobre los periodos de cambios climáticos bruscos en el pasado de la Tierra y ofrecen nuevas perspectivas sobre las posibles repercusiones del cambio climático en la actualidad.

“Estudiar el pasado nos enseña que el presente es diferente. El ritmo actual de cambio del dióxido de carbono (CO2) no tiene precedentes— afirma Kathleen Wendt, profesora de la Facultad de Ciencias de la Tierra, el Océano y la Atmósfera, en la Oregon State University (EE. UU.), y autora principal del estudio. Y añade—: Nuestra investigación identificó las tasas más rápidas de aumento natural de CO2 jamás observadas en el pasado, y la tasa que ocurre hoy, impulsada en gran medida por las emisiones humanas, es diez veces mayor”.

El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero que se produce naturalmente en la atmósfera. Cuando aquel ingresa en la atmósfera, contribuye al calentamiento del clima debido al efecto invernadero. En el pasado, los niveles han fluctuado debido a los ciclos de la edad de hielo y otras causas naturales, pero hoy están aumentando debido a las emisiones humanas.

Muestras de hielo antártico recogidas a 3,2 km de profundidad.

El hielo acumulado en la Antártida durante cientos de miles de años contiene antiguos gases atmosféricos atrapados en burbujas de aire. Los científicos utilizan muestras de ese hielo, recogidas mediante la perforación de testigos de hasta 3,2 km de profundidad, para analizar las trazas químicas y elaborar registros del clima del pasado. La Fundación Nacional de la Ciencia estadouniense financió la perforación del núcleo de hielo y el análisis químico utilizado en el estudio.

Investigaciones anteriores demostraron que durante la última glaciación, que terminó hace unos 10.000 años, hubo varios periodos en los que los niveles de dióxido de carbono parecían dispararse muy por encima de la media. Pero esas mediciones no eran lo suficientemente detalladas como para revelar la naturaleza completa de los rápidos cambios, lo que limitaba la capacidad de los científicos para comprender lo que estaba ocurriendo, según Wendt.

“Probablemente no se esperaría ver algo así en la última glaciación— explica Wendt. Y añade—: Pero nuestro interés se despertó y quisimos volver a esos periodos y realizar mediciones con mayor detalle para averiguar qué ocurría”.

Utilizando muestras del núcleo de hielo del West Antarctic Ice Sheet Divide, Wendt y sus colegas investigaron lo que ocurría durante esos periodos. Identificaron un patrón que mostraba que estos saltos en el dióxido de carbono se producían junto con intervalos fríos en el Atlántico Norte conocidos como eventos Heinrich, que están asociados a cambios climáticos abruptos en todo el mundo.

Un científico trabaja con una columna de hielo en la Antártida. Crédito: Ted Scambos & Rob Bauer / NSIDC

"Estos eventos Heinrich son verdaderamente notables— comenta Christo Buizert, profesor en la Facultad de Ciencias de la Tierra, Océano y Atmósfera y coautor del estudio. Y continúa—: Creemos que son causados por un colapso drástico de la capa de hielo de América del Norte. Esto pone en marcha una reacción en cadena que involucra cambios en los monzones tropicales, los vientos del oeste del hemisferio sur y estas grandes liberaciones de CO2 que salen de los océanos”.

Durante el mayor de los aumentos naturales, el dióxido de carbono aumentó en aproximadamente 14 partes por millón en 55 años. Y los saltos ocurrían aproximadamente cada 7.000 años. A las tasas actuales, esa magnitud de aumento toma solo de cinco a seis años.

La evidencia sugiere que durante los períodos pasados de aumento natural de dióxido de carbono, los vientos del oeste que juegan un papel importante en la circulación del océano profundo también se estaban fortaleciendo, lo que llevó a una liberación rápida de CO2 del océano Austral.

Crédito: Katherine Stelling / Oregon State University.

Otras investigaciones han sugerido que estos vientos del oeste se fortalecerán durante el próximo siglo debido al cambio climático. Los nuevos hallazgos sugieren que si eso ocurre, se reducirá la capacidad del océano Austral para absorber dióxido de carbono generado por el hombre, señalaron los investigadores.

"Dependemos del océano Austral para absorber parte del dióxido de carbono que emitimos, pero los vientos del sur que aumentan rápidamente debilitan su capacidad para hacerlo", concluye Wendt.

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