Gatos gordinflones: ¿qué pueden enseñarnos de la obesidad humana?
Los gatos pueden ser excelentes modelos animales para el estudio de los orígenes y el tratamiento de la obesidad en los seres humanos, sugiere un nuevo estudio de los microbios que viven en los intestino de nuestras mascotas peludas.
Por Emily Caldwell
Cada vez hay más gatos obesos. Se estima que el 60% de los gatos domésticos tienen sobrepeso o padecen obesidad en los países desarrollados. Las dos razones principales: falta de ejercicio y una dieta inadecuada. Y sus consecuencia: los gatos obesos tienen un mayor riesgo de desarrollar una serie de problemas de salud, como diabetes mellitus, enfermedades cardíacas, enfermedades respiratorias, artritis y problemas en la piel y el pelaje. También pueden experimentar una reducción de la movilidad y una menor calidad de vida.
El sedentarismo y la sobrealimentación también afectan al tracto intestinal, incluida la composición de las bacterias que lo colonizan, esto es, el llamado microbioma intestinal, según un estudio publicado en el Journal of Animal Sciences.
En este sentido, la situación de los gatos recuerda a la de los seres humanos, víctimas de una epidemia de obesidad. Ahora, un nuevo estudio sobre la microbiota intestinal de los felinos sugiere que los mininos pueden ser excelentes modelos animales para estudiar el origen y el tratamiento de la obesidad en los seres humanos, y viceversa.
Las bacterias intestinales felinas pueden decirnos mucho sobre las nuestras
Investigadores veterinarios analizaron muestras fecales de gatos obesos mientras los animales perdían y mantenían el peso a lo largo de cuatro cambios dietéticos, incluida una estricta reducción de calorías. El equipo descubrió que los cambios relacionados con la alimentación en el microbioma intestinal de los gatos —el conjunto de bacterias y moléculas que producen y consumen— presentan sorprendentes similitudes con los efectos de la dieta en el intestino observados anteriormente en el hombre.
Aunque aún queda mucho por aprender, los hallazgos sitúan a los gatos a la cabeza de la lista de animales cuyas bacterias intestinales pueden decirnos mucho sobre las nuestras, y sobre si una terapia basada en el microbioma intestinal podría ser una forma de combatir la obesidad.
“Los animales comparten nuestras camas. Comparten nuestros helados. Todas estas cosas que la gente hace con sus mascotas ponen de relieve que son un modelo de enfermedad natural con exposiciones ambientales similares a las de los humanos”, afirma la autora principal del estudio, Jenessa Winston, profesora de Ciencias Clínicas Veterinarias, en la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos).
“Ser capaz de ver cambios en los gatos que surgen en el contexto de la obesidad y la diabetes de tipo 2 en las personas convierte a los mininos en un modelo realmente bueno para empezar a buscar más terapias dirigidas al microbioma para combatir la obesidad en los seres humanos, si es que estamos viendo un cambio similar —dice Winston. Y añade—: Los microorganismos que vimos en este estudio también aparecen una y otra vez en estudios con seres humanos, y está claro que la gente no come comida para gatos, ¿verdad?”.
El estudio ha sido publicado en la revista Scientific Reports.
En la Universidad Estatal de Ohio, Winston supervisa dos grandes ensayos clínicos que exploran el potencial de los trasplantes fecales de perros y gatos delgados para ayudar a sus congéneres con sobrepeso a adelgazar.
El poder terapéutico de los microorganismos intestinales
“Mi laboratorio se centra en cómo aprovechar el poder terapéutico de los microbios —explica Winston. Y añade—: Para ello, tenemos que entender cómo los estados de enfermedad pueden ser diferentes de los de salud, de modo que podamos intentar averiguar y dirigirnos mejor, desde el punto de vista mecánico, a los cambios que se producen en el microbioma».
En este estudio, los investigadores alimentaron a siete gatos obesos con una dieta de cuatro fases durante dieciséis semanas: alimentación libre de comida comercial para gatos durante dos semanas, alimentación libre de una dieta de pérdida de peso especialmente formulada durante una semana, alimentación restringida en calorías de la dieta de pérdida de peso para lograr una reducción de peso corporal del 1%-2% por semana durante once semanas, y un regreso a la dieta de mantenimiento original.
El análisis de las muestras fecales tomadas durante las diferentes fases de la dieta se centró en los cambios en la presencia de metabolitos de ácidos grasos de cadena corta, moléculas producidas por las bacterias durante la digestión. Los ácidos grasos son de interés porque provocan tipos específicos de comunicación entre los microorganismos intestinales y los tejidos del resto del cuerpo, incluidas las señales hormonales que pueden estar relacionadas con la inflamación y la resistencia a la insulina.
Una bacteria del nuestros intestinos relacionada con la pérdida de peso y un mejor control del azúcar en sangre
El equipo descubrió que la abundancia de un ácido graso de cadena corta llamado ácido propiónico —que en otros mamíferos regula el apetito, reduce la acumulación de grasa y protege contra la obesidad y la diabetes— aumentaba en las heces cuando los gatos perdían peso con la dieta restringida en calorías.
La mayor composición de ácido propiónico se asoció con un aumento de la bacteria Prevotella 9 copri. Aunque en este estudio no se pudo determinar la producción directa de ácido propiónico por la Prevotella, el hallazgo de que estos aumentos se produjeron al mismo tiempo, cuando los gatos estaban perdiendo peso, resultó intrigante.
Investigaciones anteriores han relacionado la Prevotella 9 copri en el intestino humano con la pérdida de peso y un mejor control del azúcar en sangre.
El papel preciso del microbioma intestinal en la obesidad de los mamíferos sigue siendo un misterio
“Cuando los gatos siguen la dieta especial formulada para perder peso, el ácido propiónico aumenta y se mantiene alto, y luego vuelve a bajar cuando se les vuelve a poner en la dieta de mantenimiento. Así que realmente se trata de un cambio dietético —afirma Winston. Y continúa—: Este artículo pone de relieve que cuando restringimos las calorías de los gatos obesos, podemos alterar su ecosistema microbiano, y los cambios que observamos en la comunidad probablemente se correlacionan con algunos resultados metabólicos”.
"Creo que esos paralelismos que estamos viendo de cómo los ecosistemas cambian de manera similar son útiles", diceWinston.
El papel preciso del microbioma intestinal en la obesidad de los mamíferos sigue siendo un misterio, pero Winston asegura que décadas de evidencia sugieren que estos organismos y las moléculas que producen son parte del problema detrás de lo que ahora se sabe que es una enfermedad muy compleja.
Los hallazgos de este estudio en felinos sugieren que el perfil intestinal del gato doméstico podría proporcionar respuestas significativas para él y nosotros, asegura esta especialista. ▪️
Información facilitada por la Universidad Estatal de Ohio -Adaptación: Enrique Coperías / RexMolón Producciones
Fuente: Rowe, J.C., Winston, J.A., Parker, V.J. et al. Gut microbiota promoting propionic acid production accompanies caloric restriction-induced intentional weight loss in cats. Scientific Reports (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/s41598-024-62243-4