El róver Curiosity se topa con una sorpresa al pisar una roca marciana
El róver de la NASA descubre de forma accidental rocas de azufre puro, una primicia en Marte.
Por el Jet Propulsion Laboratory
El paso 30 de mayo, los científicos se quedaron atónitos después de que una roca sobre la que pasó el vehículo Curiosity de la NASA se abriera y dejara al descubierto algo nunca visto antes en el Marte: cristales amarillos de azufre.
Desde octubre de 2023, el róver ha estado explorando una región de Marte rica en sulfatos, un tipo de sal que contiene azufre y se forma al evaporarse el agua. Pero mientras que las detecciones anteriores eran de minerales basados en este elemento de la tabla periódica, en otras palabras, mezclas de azufre y otros materiales, la roca partida en dos por el Curiosity se compone de azufre puro o elmental. No está claro qué relación tiene el azufre elemental, si es que tiene alguna, con otros minerales a base de azufre de la zona.
Aunque la gente asocia el azufre con el olor de los huevos podridos —resultado del gas sulfuro de hidrógeno—, el azufre elemental es inodoro. Se forma solo en una estrecha gama de condiciones que los científicos no han asociado con la historia de este lugar marciano. Y Curiosity lo ha encontrado en gran cantidad: todo un campo de rocas brillantes de aspecto similar a la que aplastó el róver.
"Encontrar un campo de piedras hecho de azufre puro es como encontrar un oasis en el desierto —dice el científico del proyecto Curiosity, Ashwin Vasavada, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en el sur de California (Estados Unidos). Y añade—: No debería estar ahí, así que ahora tenemos que explicar su presencia. Descubrir cosas extrañas e inesperadas es lo que hace que la exploración planetaria sea tan emocionante".
Es uno de los varios descubrimientos que el Curiosity ha hecho mientras recorría el canal Gediz Vallis, un surco que serpentea por parte del Monte Sharp, de 5 kilómetros de altura, cuya base el róver lleva ascendiendo desde 2014. Cada capa de la montaña representa un periodo diferente de la historia marciana.
A la caza de la posible vida microbiana en el pasado de Marte
La misión del Curiosity es estudiar dónde y cuándo el antiguo terreno del planeta podría haber proporcionado los nutrientes necesarios para la vida microbiana, si es que alguna vez se formó en Marte.
Avistado desde el espacio años antes del lanzamiento del Curiosity, el canal de Gediz Vallis es una de las principales razones por las que el equipo científico quería visitar esta parte de Marte. Los científicos creen que el canal fue esculpido por flujos de agua líquida y escombros que dejaron una cresta de cantos rodados y sedimentos que se extiende a lo largo de 3,2 kilómetros por la ladera de la montaña bajo el canal.
El objetivo ha sido desarrollar una mejor comprensión de cómo cambió este paisaje hace miles de millones de años, y, aunque las pistas recientes han ayudado, todavía queda mucho por aprender del dramático paisaje.
Desde la llegada del Curiosity al canal a principios de este año, los científicos han estudiado si las antiguas inundaciones o los deslizamientos de tierra formaron los grandes montículos de escombros que se elevan desde el fondo del canal. Los últimos indicios aportados por el róver sugieren que ambos desempeñaron un papel: algunos montones fueron probablemente dejados por violentos flujos de agua y escombros, mientras que otros parecen ser el resultado de deslizamientos de tierra más locales.
Esas conclusiones se basan en las rocas encontradas en los montículos de escombros: mientras que las piedras transportadas por los flujos de agua se redondean como las rocas de río, algunos de los montículos de escombros están plagados de rocas más angulares, que pueden haber sido depositadas por avalanchas secas.
Finalmente, el agua empapó todo el material que se asentó en este emplazamiento marciano. Las reacciones químicas provocadas por el agua blanquearon las formas de los halos blancos en algunas de las rocas. La erosión provocada por el viento y la arena ha dejado al descubierto estos halos con el paso del tiempo.
“Este no ha sido un periodo tranquilo en Marte —afirma Becky Williams, científica del Instituto de Ciencias Planetarias de Tucson (Arizona) e investigadora principal adjunta de la Mastcam, la cámara colocada en el mástil del Curiosity, a 1,97 metros del suelo. Y añade—: Aquí ha habido una gran actividad. Estamos observando múltiples flujos por el canal, que incluyen inundaciones energéticas y flujos ricos en cantos rodados”.
Un agujero en el 41
Todas estas evidencias de agua en Marte siguen contando una historia más compleja que las primeras expectativas del equipo, y han estado ansiosos por tomar una muestra de roca del canal para saber más. El pasado 18 de junio tuvieron su oportunidad.
Aunque las rocas de azufre eran demasiado pequeñas y quebradizas para tomar muestras con el taladro, una gran roca apodada Mammoth Lakes en las proximidades de aquellas llamó la atención de los investigadores. Los ingenieros del róver tuvieron que buscar una parte de la roca que permitiera una perforación segura y encontrar un lugar de estacionamiento en la superficie suelta e inclinada.
Después de que Curiosity perforara su 41º agujero con el potente taladro situado en el extremo del brazo robótico de 2 metros del róver, este introdujo la roca pulverizada en instrumentos situados en el interior de su vientre para su posterior análisis, de modo que los científicos pudieran determinar de qué materiales estaba hecha la roca.
Desde entonces, Curiosity se ha alejado de Mammoth Lakes y ahora se ha ido a ver qué otras sorpresas están esperando ser descubiertas dentro del canal. ▪️
Información facilitada por la NASA -Adaptación: Enrique Coperías / RexMolón Producciones