Descubren cómo la falta de sueño favorece los pensamientos intrusivos

La falta de sueño no solo afecta nuestro rendimiento diario, sino también la capacidad del cerebro para bloquear recuerdos negativos y pensamientos intrusivos, según un revelador estudio. ¿Podría el descanso ser la clave para una mente más saludable?

Por Enrique Coperías

Científicos de las universidades de York y East Anglia han demostrado que la falta de sueño afecta al área prefrontal del cerebro, lo que dificulta la eliminación de recuerdos no deseados. Imagen generada con Bing.

Un estudio reciente ha revelado que la falta de sueño puede perjudicar la capacidad del cerebro para suprimir recuerdos no deseados y pensamientos intrusivos, un hallazgo que arroja luz sobre las complejas relaciones entre el descanso y la salud mental.

Este trabajo, llevado a cabo por científicos de la Universidad de York, en colaboración con la Universidad de Anglia del Este, en el Reino Unido, pone de manifiesto cómo el insomnio afecta negativamente a las funciones del área prefrontal del cerebro, lo que limitando su habilidad para restringir la recuperación de recuerdos que normalmente podrían ser suprimidos.

Recordemos que el área prefrontal del cerebro es una región situada en la parte frontal de los lóbulos frontales, justo detrás de la frente, y está involucrada en funciones cognitivas superiores como la toma de decisiones, el control de impulsos, la planificación, la regulación emocional y la gestión de pensamientos. Es esencial para habilidades como la resolución de problemas y el comportamiento social, actuando como un centro de control que coordina y regula procesos mentales complejos.

Recuerdos no deseados que emergen espontáneamente

«Los recuerdos de experiencias desagradables suelen irrumpir en nuestra mente consciente como respuesta a estímulos externos. Sin embargo, estas intrusiones suelen ser breves y, en condiciones normales, pueden ser apartadas nuevamente de nuestra mente —dice el doctor Scott Cairney, investigador principal de la Universidad de York. Y añade—: Anteriormente, ya habíamos demostrado que la capacidad del cerebro para gestionar y suprimir esos recuerdos intrusivos depende fundamentalmente de un sueño reparador».

Los recuerdos intrusivos son imágenes, pensamientos o recuerdos no deseados que emergen espontáneamente en la mente, frecuentemente relacionados con eventos traumáticos o experiencias emocionalmente intensas. Estos recuerdos suelen ser vívidos, detallados y difíciles de ignorar, lo que puede generar malestar emocional y afectar la capacidad de la persona para concentrarse en el presente.

A menudo, los recuerdos intrusivos están asociados con problemas como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la ansiedad y la depresión, y pueden ser desencadenados por estímulos externos que recuerdan de algún modo al evento original, como olores, sonidos y lugares específicos.

Imágenes obtenidas por resonancia magnética funcional, que permite ver la actividad del cerebro en directo, confirman que los participantes en el estudio que habían dormido bien durante la noche presentaban una activación mayor en el córtex prefrontal dorsolateral derecho, una región del cerebro que regula los pensamientos, acciones y emociones. Imagen generada con Grok

Un proceso notablemente sofisticado

Aunque en muchos casos los recuerdos intrusivos son breves, su recurrencia puede ser agotadora y perjudicial, interfiriendo con la vida diaria y el bienestar emocional.

El mecanismo de supresión de recuerdos, según el doctor Cairney, es un proceso notablemente sofisticado. «El cerebro utiliza esta función para debilitar las conexiones asociadas a un recuerdo específico, lo que impide que se unan los puntos necesarios para reconstruir la experiencia completa cuando un estímulo externo intenta activarla», explica este especialista en una nota de prensa de la Universidad de York.

Para investigar este fenómeno, el equipo de científicos empleó resonancias magnéticas funcionales (fMRI) para analizar la actividad cerebral de 85 personas adultas sanas. A la mitad de los participantes se les permitió dormir una noche completa y reparadora en un laboratorio especializado, mientras que la otra mitad permaneció despierta durante toda la noche.

La diferencia entre dormir y pasar la noche en blanco

Posteriormente, se les presentó una serie de rostros previamente asociados con imágenes de escenas, algunas de ellas emocionalmente negativas, como un accidente de tráfico o una pelea. Se les pidió que, para cada rostro, intentaran recordar la escena vinculada o suprimieran activamente ese recuerdo.

Los resultados, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), mostraron que los participantes que habían dormido bien presentaban una activación significativamente mayor en el córtex prefrontal dorsolateral derecho, una región del cerebro que regula los pensamientos, acciones y emociones.

En cambio, aquellos que no habían pegado ojo mostraron una disminución notable en esta activación. Además, los participantes descansados evidenciaron una menor actividad en el hipocampo, una región clave en la recuperación de la memoria, durante los intentos de supresión de recuerdos. Esto sugiere que quienes habían dormido eran más efectivos aa la hora de desactivar los procesos de recuperación responsables de pensamientos intrusivos.

El estudio también destacó la importancia del sueño con movimientos oculares rápidos (MOR). Los participantes que disfrutaron de más tiempo en esta fase del sueño mostraron una mayor capacidad para activar el córtex prefrontal dorsolateral derecho cuando intentaban borrar recuerdos.

Este hallazgo apunta a que el sueño MOR podría desempeñar un papel crucial en la restauración de los mecanismos cerebrales que previenen la intrusión de recuerdos no deseados en la mente consciente.

Los personas que pasan más tiempo en la fase del sueño conocida como MOR muestran una mayor capacidad para activar el córtex prefrontal dorsolateral derecho al intentar borrar recuerdos. Imagen generada con DALL-E

No hay que olvidar que el sueño con movimientos oculares rápidos (MOR), también conocido como sueño REM (por sus siglas en inglés, Rapid Eye Movement), es una fase del sueño caracterizada por movimientos rápidos de los ojos, alta actividad cerebral similar a la vigilia y la aparición de sueños vívidos. Durante esta etapa, los músculos del cuerpo están casi completamente relajados, lo que previene que se actúe físicamente lo que se sueña. Es fundamental para funciones como la consolidación de la memoria, la regulación emocional y la restauración del cerebro.

Los participantes privados de sueño fueron incapaces de activar la región cerebral que nos permite suprimir recuerdos no deseados. Esto les impidió frenar los procesos relacionados con la memoria en el hipocampo, lo que facilitó la emergencia de pensamientos intrusivos.
— Scott Cairney, investigador de la Universidad de York.

Para el doctor Cairney, esta imposibilidad de bloquear memorias nocivas por falta de sueño son «especialmente significativas si consideramos que las personas con ansiedad, depresión o trastorno de estrés postraumático (TEPT) suelen experimentar dificultades para dormir. Ahora que entendemos mejor los mecanismos cerebrales involucrados en la supresión de pensamientos negativos, podríamos desarrollar terapias conductuales más específicas que fomenten un sueño saludable».

Estas intervenciones podrían ayudar al cerebro a realizar esta función adaptativa y, en última instancia, permitirnos vivir vidas mentalmente más saludables, según el doctor Cairney.▪️

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