Cómo convencer a tu jefe de que el teletrabajo será un éxito

La inclinación de los jefes para adoptar el trabajo telemático está principalmente influenciada por su percepción de que será una estrategia útil para la organización y, al mismo tiempo, fácil de implantar, afirma un nuevo estudio.

Por Enrique Coperías

Más de 3 millones de personas trabajan telemáticamente en España. Esto es más del doble de los empleados que teletrabajaban en 2019, es decir, antes de la crisis sanitaria causada por el coronavirus.

Más de 3 millones de personas trabajan telemáticamente en España. Esto es más del doble de los empleados que teletrabajaban en 2019, es decir, antes de la crisis sanitaria causada por el coronavirus. Imagen generada con Copilot

La corporación estadounidense Amazon ha anunciado que pondrá fin al teletrabajo del equipo de oficina a partir de enero del 2025. Una decisión con la que parece remar a contracorriente, ya que la digitalización acelerada desde la pandemia de la covid-19 constituyó un punto y aparte para el trabajo remoto

Antes de la crisis sanitaria del 2020, esta modalidad era prácticamente inimaginable para muchas empresas, pero a partir de entonces ha ganado cada vez más peso. Según el Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo, elaborado por The Adecco Group Institute, el trabajo telemático aumentó un 19 % en 2023, lo que representa una cifra de más de 3 millones de personas que trabajan telemáticamente en España. Esto es más del doble de los empleados que teletrabajaban en 2019, es decir, antes de la crisis sanitaria causada por el coronavirus.

Trabajar en formato remoto es una cuestión que, a pesar de que creció con la pandemia y después se estabilizó en un nivel superior, no siempre ha generado consenso. A veces, las empresas se han resistido a implementar el teletrabajo, una modalidad que implica diferentes retos, entre los cuales, los tipos de trabajos en los que se puede aplicar, el uso de medios tecnológicos o la comunicación entre los miembros de un equipo.

Mayor flexibilidad y conciliación laboral-familiar

El teletrabajo ha sido objeto de numerosos estudios científicos en los últimos años, especialmente desde la pandemia de la covid-19. Sus defensores sostienen que uno de los principales beneficios identificados en los estudios es la capacidad de los empleados para equilibrar mejor su vida laboral y personal. La flexibilidad de trabajar desde casa permite acomodar horarios familiares y personales con más facilidad.

Por otro lado, algunos estudios han demostrado que los trabajadores remotos pueden ser más productivos, ya que eliminan distracciones comunes en la oficina, como interrupciones constantes, reuniones innecesarias o traslados largos. Sin embargo, este aumento en la productividad depende de factores como la autoorganización y la naturaleza del trabajo.

Los veladores del teletrabajo afirman que este puede reducir el estrés relacionado con los desplazamientos, mejorar el bienestar, al permitir a los trabajadores organizar su entorno y ofrecer una mayor autonomía. Esto puede traducirse en mayor satisfacción laboral, especialmente cuando los empleados tienen control sobre sus horarios.

El trabajo remoto puede conducir al burnout

La reducción del tráfico y los desplazamientos ha sido otro punto a favor. Algunas investigaciones muestran que el teletrabajo reduce la huella de carbono, debido a que disminuye el uso del transporte y la demanda de energía en oficinas. Por último, tanto las empresas como los empleados pueden ahorrar en costes asociados con transporte, alimentación y vestimenta. Las empresas también pueden reducir gastos en alquiler y mantenimiento de oficinas.

Pero no es oro todo lo que reluce. Uno de los mayores inconvenientes señalados por algunos expertos es el riesgo de aislamiento social. La falta de interacción cara a cara con colegas puede llevar a sentimientos de soledad y desconexión, lo que afecta negativamente a la salud mental a largo plazo. Y a pesar de la flexibilidad inherente al teletrabajo, muchos trabajadores remotos informan de que sufren dificultades para desconectarse al final de la jornada laboral, lo que puede conducir al agotamiento o burnout. El teletrabajo también puede difuminar las fronteras entre el trabajo y la vida personal, dificultando la desconexión efectiva.

Los críticos con esta modalidad de trabajo advierten de que la falta de interacción presencial puede dificultar la comunicación entre los equipos, especialmente para proyectos que requieren colaboración continua o creatividad. Algunas investigaciones sugieren que las reuniones virtuales no siempre sustituyen de manera efectiva las interacciones espontáneas en persona.

Fuente de problemas ergonómicos y de salud física

Además, el trabajo remoto puede limitar las oportunidades de networking y visibilidad dentro de la organización, lo que afecta a las posibilidades de ascenso o de desarrollo profesional. Algunos especialistas advierten de que los teletrabajadores pueden tener menos acceso a oportunidades de formación y mentoría. También señalan que muchos trabajadores remotos no tienen un espacio de trabajo adecuado en casa, lo que puede generar problemas de salud física, como dolor de espalda, tensión ocular o problemas relacionados con la postura.

Otros critican las desigualdades en el acceso al teletrabajo: la posibilidad de teletrabajar no está igualmente distribuida entre todos los sectores y niveles socioeconómicos. Los estudios indican que las personas con trabajos de baja cualificación tienen menos oportunidades de acceder a esta modalidad, lo que puede acentuar las desigualdades laborales.

Con sus pros y contras, la implementación del teletrabajo en la oficina depende en gran medida de los jefes, que determinan si el teletrabajo encaja en el buen desarrollo de su compañía. Sin duda alguna, la decisión estratégica depende en gran parte de ellos. Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya ha realizado encuestas a 186 personas —la mayoría tiene más de 45 años, y casi un 45 % son mujeres— de diferentes países europeos para definir los factores determinantes para los directivos a la hora de establecer el trabajo telemático en sus compañías.

Algunos estudios han demostrado que los trabajadores remotos pueden ser más productivos, ya que eliminan distracciones comunes en la oficina, como interrupciones constantes, reuniones innecesarias o traslados largos.

Algunos estudios han demostrado que los trabajadores remotos pueden ser más productivos, ya que eliminan distracciones comunes en la oficina, como interrupciones constantes, reuniones innecesarias o traslados largos. Imagen generada con Copilot

El peso de la opinión de los jefes

La investigación ha detectado que la opinión de los jefes sobre el teletrabajo es lo que marca la diferencia para su implantación en las organizaciones. El estudio lo han llevado a cabo Josep Lladós, el catedrático Antoni Meseguer, Eva Rimbau y Mar Sabadell, profesores e investigadores de los Estudios de Economía y Empresa y miembros del Digital Business Research Group (DigiBiz). El trabajo indica cuáles son las habilidades clave de los superiores con el fin de crear un contexto adecuado para teletrabajar y también las cuestiones que tienen presentes para impulsar el cambio.

La investigación nace a partir de la hipótesis de que las personas directivas son la clave para establecer y promover el teletrabajo en las organizaciones. En concreto, es fundamental que las percepciones de los jefes hacia el teletrabajo sean positivas y que consideren que poseen las habilidades necesarias para dirigir equipos que teletrabajen.

Según señala el estudio, la inclinación de los jefes para adoptar el teletrabajo está principalmente influenciada por su percepción de que será una estrategia útil para la organización y, al mismo tiempo, fácil de implantar. El primer factor que influye en la percepción de utilidad del teletrabajo es el impacto que esperan que tenga en el rendimiento laboral.

Volumen, objetivos, productividad y calidad

«Los jefes pueden medir la mejora del rendimiento laboral a través de indicadores como la cantidad de tareas llevadas a cabo, el desempeño de objetivos, la calidad del trabajo entregado y el absentismo —asegura Rimbau. Y añade—: A pesar de que es difícil cuantificar objetivamente el impacto del teletrabajo en la eficiencia y la productividad, la percepción positiva de los jefes sobre cómo afecta a sus tareas influye en la visión de utilidad».

Tal y como indica el estudio de la Universidad Abierta de Cataluña, en Barcelona, la implementación del teletrabajo en las empresas no depende tan solo de la visión de los superiores sobre los trabajadores y las implicaciones de utilidad o rendimiento laboral, sino también está condicionada por la percepción de sí mismos, es decir, su propia capacidad para consolidar esta modalidad de trabajo, y por su relación con los empleados.

«Es imprescindible que los mánager tengan confianza en las personas trabajadoras y gestionen sus equipos teniendo en cuenta resultados u objetivos, no la presencia o el número de horas trabajadas —aclara Rimbau. Y continúa—: El resultado es un círculo: mayor confianza, mayores posibilidades de conseguir resultados positivos y, en el caso de los trabajadores y trabajadoras, asumir proactivamente más responsabilidades para satisfacer las cargas de trabajo».

Los trabajadores necesitan buenos líderes

La falta de contacto cara a cara y las dificultades para coordinar son algunos retos que los superiores asumen a la hora de hacer efectivo el teletrabajo. Por ello, la investigación muestra cómo la confianza de los directivos en sus capacidades para gestionar y supervisar un grupo desde la distancia es extremadamente importante.

Para conseguir esta autopercepción, Rimbau sostiene que «los jefes tienen que desarrollar habilidades para construir, motivar, reconocer y responsabilizar a los equipos en una situación de teletrabajo, empleando herramientas digitales para comunicarse e interactuar eficazmente. Deben evitar el aislamiento profesional, fomentar la colaboración y la confianza, y adaptar el liderazgo y la supervisión al contexto digital». Los trabajadores no solo necesitan jefes, sino líderes que desarrollen los equipos en cualquier modalidad laboral.

Una actitud negativa de los jefes hacia el teletrabajo dificulta su implementación.

Una actitud negativa de los jefes hacia el teletrabajo dificulta su implementación. Imagen generada con Copilot

La predisposición de los directivos y directivas para poner en práctica el trabajo telemático también se ve afectada por las influencias del entorno, «como la presión de iguales y superiores y la compatibilidad con la cultura organizativa», reconoce Rimbau. Si la alta dirección de una compañía o de grandes empresas de referencia en el sector respalda el teletrabajo, las personas en roles directivos estarán más predispuestas a adoptarlo.

Otro factor clave para implantar el teletrabajo son las capacidades de los mánager para liderar el cambio, pero, tal como destaca la investigadora, «cuanto más digitales y basadas en el conocimiento sean las actividades de una empresa, más fácil será aplicar el teletrabajo de forma extensiva y exitosa». Las barreras tecnológicas pueden representar un impacto en la implementación, por lo tanto, es esencial que tanto las personas trabajadoras como la empresa dispongan de los medios adecuados y que digitalicen sus procesos y maneras de trabajar. ▪️

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