Choque universal: una nube brillante apunta a una colisión cósmica

Una nube cósmica brillante ha revelado una colisión cataclísmica entre dos exoplanetas con una masa doce veces la de la Tierra.

Por Chelsea Gohd

Colisión entre dos exoplanetas gigantes

Esta ilustración muestra las consecuencias de una colisión entre dos exoplanetas gigantes. Lo que queda es un núcleo planetario fundido y caliente y una nube brillante y arremolinada de polvo y escombros. Crédito: Mark A. Garlick

Incluso dentro de nuestro propio sistema solar, los científicos han hallado evidencias de colisiones planetarias gigantes que se produjeron en tiempos remotos. Los indicios que quedan, como la inclinación de Urano y la existencia de la luna de la Tierra, apuntan a momentos de nuestra historia lejana en los que los planetas de nuestro vecindario estelar chocaron entre sí, lo que provocó que cambiaran para siempre su forma y su lugar en órbita.

Los científicos que buscan fuera del Sistema Solar exoplanetas lejanos pueden encontrar pruebas similares de que, en todo el universo, los planetas a veces chocan. En este nuevo estudio, publicado en Nature, las pruebas de tal impacto proceden de una nube de polvo y gas con una extraña luminosidad fluctuante.

Los científicos estaban observando una estrella joven, de tan solo 300 millones de años de edad y similar al Sol, cuando notaron algo extraño: el brillo de la estrella disminuyó repentina y significativamente. Un equipo de investigadores miró un poco más de cerca y descubrió que, justo antes de esta caída, la estrella mostraba un aumento repentino en la luminosidad infrarroja.

El desplmoe repentino del brillo de una estrella.

Al estudiar la estrella, el equipo descubrió que esta luminosidad duraba mil días. Pero dos años y medio después de este brillante evento, la estrella fue eclipsada inesperadamente por algo, lo que provocó un desplome repentino en el brillo. Este eclipse duró quinientos días.

El equipo investigó más a fondo y descubrió que la culpable, tanto del pico de luminosidad como del eclipse, era una gigantesca nube incandescente de gas y polvo. ¿Y cuál fue la razón más probable de la aparición repentina de la nube causante del eclipse? Una colisión cósmica entre dos exoplanetas, uno de los cuales probablemente contenía hielo, según los investigadores.

En un nuevo estudio en el que se detallan estos sucesos, los científicos sugieren que dos exoplanetas gigantes con decenas de veces la masa terrestre chocaron entre sí, lo que creó tanto el pico infrarrojo como la nube polvorienta. Un encontronazo de este tipo licuaría por completo los dos planetas, dejando tras de sí un único núcleo fundido rodeado por una nube de gas, roca caliente y polvo.

Tras la colisión, esta nube, que aún contenía los restos calientes e incandescentes del choque, continuó orbitando alrededor de la estrella, hasta situarse finalmente delante de ella y eclipsarla.

Este estudio se realizó utilizando datos de archivo de la misión WISE, ahora retirada, de la NASA: la nave espacial continúa operando bajo el nombre NEOWISE. Esta estrella fue detectada por primera vez en 2021 mediante el estudio robótico terrestre ASAS-SN (All-Sky Automated Survey for Supernovae).

Si bien estos datos revelaron restos de esta colisión planetaria, el brillo de este choque aún debería ser visible para telescopios como el el James Webb de la NASA. De hecho, el equipo de investigación detrás de este estudio ya está elaborando propuestas para observar el sistema con este gigante espacial.

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