La nueva miniproteína que irradia tumores sin dañar los tejidos sanos

Investigadores logran que una miniproteína de diseño administre una dosis de radiación directamente a las células cancerosas que expresan una proteína en sus superficies celulares llamada nectina-4.

Por Enrique Coperías

Imagen conceptual de unas células tumorales siendo atacadas por el nuevo radiofármaco.

Imagen conceptual de unas células tumorales siendo atacadas por el nuevo radiofármaco, generada con DALL-E.

El estudio fue presentado el pasado viernes 25 de octubre en el 36º Simposio EORTC-NCI-AACR sobre dianas moleculares y terapéutica del cáncer, que se celebró en Barcelona. En él, Mike Sathekge, catedrático y jefe del Departamento de Medicina Nuclear de la Universidad de Pretoria y el Hospital Académico Steve Biko (Sudáfrica) y sus colegas afirman que han logrado que una miniproteína, también conocida como radiofármaco, se dirigía específicamente a las células cancerosas, evitando los tejidos sanos, y que los tumores de varios tipos de cáncer absorbieran la dosis letal de radiación.

«Es la primera vez que vemos una tecnología completamente nueva utilizada para la radiación dirigida. Se utilizó una pequeña proteína concebida para buscar una proteína diferente que muchos cánceres expresan, la nectina-4, para llevar la radiación directamente al tumor», explicó Sathekge durante su presentación en el simposio.

La miniproteína se llama AKY-1189 y es el primer compuesto diseñado para administrar una dosis terapéutica de actinio-225, un elemento radiactivo, que se dirige específicamente a la nectina-4. Esta es una proteína que se encuentra en las membranas celulares de las células y que está sobreexpresada —eso es, que se produce en exceso— hasta en el 90% de los pacientes con diversos tumores sólidos, como los de vejiga, mama, pulmón, cabeza y cuello, cuello de útero e intestino.

Primeras pruebas del radiofármaco en 20 pacientes oncológicos

«Queríamos colmar la laguna existente en la atención a los pacientes cuyo cáncer ha crecido más allá de la parte del cuerpo en la que se originó o se ha extendido a otras partes del organismo, y que habían seguido avanzando con el tratamiento estándar local», afirma Sathekge en una nota de prensa de la Organización Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer.

Los investigadores tomaron imágenes de veinte pacientes en la Nuclear Medicine Research Infrastructure (NuMeRi), en la Universidad de Pretoria, que dirige Sathekge. Nueve pacientes tenían cáncer de vejiga metastásico, tres cáncer de mama metastásico, tres cáncer de cuello de útero, dos cáncer colorrectal y tres cáncer de pulmón no microcítico.

Administraron a los pacientes una única inyección de AKY-1189 en la misma dosis que se utiliza para la obtención rutinaria de imágenes radiofarmacéuticas. Después de una, dos y tres horas, los pacientes fueron sometidos a una tomografía por emisión de positrones (PET) para evaluar la eficacia del fármaco y la dosis absorbida por los tumores.

Para conocer la dosis a lo largo del tiempo, lo que se denomina dosimetría, que puede esperarse con la administración del radiofármaco en tumores, órganos —en particular, los riñones— y en todo el cuerpo, los investigadores inyectaron AKY-1189 en una concentración establecida a nueve pacientes. Luego, estos fueron sometidos a un tomografía computarizada por emisión monofotónica (SPECT) al cabo de tres horas, veinticuatro y 48 horas.

Sin efectos adversos para el organismo

Hasta ahora, los investigadores han contado con quince pacientes para analizar cómo se distribuyó el fármaco por el organismo y qué cantidad fue absorbida por los tumores. Ocho de ellos pudieron ser evaluados para comprobar si con el paso del tiempo aparecía algún efecto pernicioso en sus riñones tras recibir dosis terapéutica de actinio-225.

AKY-1189 no tuvo ningún efecto adverso, ni siquiera sobre la piel. Las glándulas salivales mostraron una captación transitoria que no supuso una exposición a la radiación clínicamente significativa. Los investigadores observaron cierta captación de radiación en los riñones, pero a un nivel que sugiere que los pacientes pueden recibir con seguridad un ciclo completo del nuevo radiofármaco.

Las imágenes mostraron una captación tumoral sustancial de la radiación en varios tipos de cáncer, mientras que la radiación desaparecía rápidamente de los tejidos normales.

No se trataba de un ensayo clínico y, por tanto, aún no hemos podido recopilar datos sobre la respuesta del cáncer al tratamiento, pero esos estudios ya están en marcha. Sin embargo, pudimos reunir información importante no solo para los pacientes concretos, sino también con respecto al potencial de AKY-1189 para futuros pacientes
— Mike Sathekge, catedrático y jefe del Departamento de Medicina Nuclear de la Universidad de Pretoria

«El aprendizaje más importante de nuestro trabajo aquí —añade Sathekge— es que podemos ver claramente que el fármaco es absorbido por diferentes tipos de tumores, y, como tal, tiene un gran potencial para el tratamiento de los tumores de esos pacientes. Además, y esto es muy importante, hemos visto que el fármaco no se acumula en el tejido sano, por lo que podría administrarse de forma segura en múltiples ocasiones para maximizar el impacto del tratamiento».

«Estos datos sientan las bases para futuras investigaciones clínicas con el fármaco en cáncer de vejiga metastásico y otros tumores que tengan como diana la nectina-4 —dice Sathekge. Y añade—: Vamos a abrir un estudio en nuestro instituto NuMeRi de Pretoria para pacientes con cáncer metastásico de mama, pulmón, colorrectal, cuello uterino y vejiga».

La empresa que desarrolló AKY-1189, Aktis, también está preparando su primer estudio con AKY-1189 en Estados Unidos.

En su opinión: «Este interesante estudio demuestra que es posible que una miniproteína única, AKY-1189, se dirija a la nectina-4, una proteína que se expresa en diversos tipos de cáncer, como los de vejiga, mama, pulmón, cabeza y cuello, cuello uterino e intestino —comenta Timothy A. Yap, del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas (Houston, EE.UU.), copresidente del simposio EORTC-NCI-AACR y que no ha participado en la investigación. Y concluye—: Los resultados de las imágenes presentados hoy muestran su capacidad para dirigirse específicamente a la nectina-4, sin que la radiación afecte apenas a otras células sanas. Estos son los primeros resultados de AKY-1189 en seres humanos, y estamos impacientes por conocer los resultados de los próximos ensayos clínicos a su debido tiempo». ▪️

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