Hallazgo: pulpos y peces cazan juntos para conseguir más y mejores presas

Científicos descubren cómo los pulpos solitarios y varias especies de peces coordinan sus cacerías para cosechar mejores resultados. Los peces buscan las presas y señalan su ubicación, y el pulpo utiliza sus brazos flexibles para sacarlas de los escondrijos y capturarlas... O para golpear a los peces que no cooperan.

Por el Max Planck Institute of Animal Behaviour

Un pulpo, acompañado de peces en una excursión de cacería. Cortesía: Eduardo Sampaio

Los científicos acaban de realizar unos descubrimientos extraordinarios sobre cómo los pulpos solitarios y varias especies de peces coordinan sus cacerías en beneficio mutuo: los peces sirven como guías, buscan y localizan las presas y marcan su ubicación, y el pulpo usa sus brazos y tentáculos para capturar a la presa que se ha escondido entre las rocas o en una oquedad.

Esta investigación, dirigida por expertos del Grupo de Excelencia de Comportamiento Colectivo de la Universidad de Constanza y el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, en Alemania, revela la increíble interacción y dinámica funcional dentro de estos grupos de caza multiespecie. Sus hallazgos, publicados en la revista Nature Ecology & Evolution, ofrecen una nueva perspectiva del complejo mundo de la colaboración y el comportamiento entre especies diferentes.

Hace un tiempo, el biólogo Eduardo Sampaio y sus colegas se pusieron el equipo de buceo y, con sus cámaras submarinas, se sumergieron en el mar Rojo y en la Gran Barrera de Coral. Grabaron a diestro y siniestro todo lo que se movía bajo el agua... Entonces se preguntaron: ¿Dónde podemos encontrar un pulpo cazando? Finalmente, divisaron un ejemplar.

Seguimiento con una red de cámaras

Entonces, el equipo puso en funcionamiento las dos cámaras que llevan consigo y luego colocaron otras más para recoger datos sobre su conducta. Después, tocó esperar. Meses más tarde, tras analizar más de cien horas de material filmado procedente de inmersiones en Israel, Egipto y Australia, Sampaio se quedó más que satisfecho con las imágenes. Las dos perspectivas ofrecidas por las cámaras permitieron la creación de una visión tridimensional de la escena, lo que proporcionó nuevos conocimientos sobre la caza multiespecífica.

Utilizando un avanzado sistema de rastreo 3D y experimentos de campo, Sampaio observó que los grupos multiespecíficos presentan propiedades únicas y dependientes de su composición. «En los grupos formados por ejemplares de la especie Octopus cyanea [conocida vulgarmente como gran pulpo azul] y de diferentes peces, la influencia social no se distribuye uniformemente, sino que se estructura de forma jerárquica en múltiples dimensiones. Esto refleja funciones especializadas dentro del grupo», explica el biólogo.

En particular, los peces, sobre todo los salmonetes o chivos (múlidos), son responsables de la exploración del entorno, y dictan la dirección en la que se desplaza el grupo. Por su parte, el pulpo determina el momento y el inicio del movimiento de la partida de caza.

En una intrigante muestra de sinergia ecológica, los peces actúan como un sistema sensorial extendido para los pulpos; cubren áreas más grandes y mejoran la eficiencia de la detección de presas. «Esta interacción beneficiosa permite que los peces adquieran presas que de otro modo serían inalcanzables, y que los pulpos conserven su energía, al centrarse en capturar fuentes de alimento de alta calidad, mientras ejercen control y proporcionan retroalimentación dentro del grupo —explica Sampaio. Y añade—: Esto pone de relieve la sofisticada dinámica de la colaboración en la vida marina».

Nueva perspectiva sobre el liderazgo

El liderazgo en los grupos de animales, ya sean peces, aves o simios, suele asociarse a la conducción del grupo hacia delante. Sin embargo, este estudio muestra que el liderazgo puede surgir tanto de la estimulación como de la inhibición del movimiento en otros; en este caso, el cefalópodo es el principal actor del desplazamiento del grupo a través de la inhibición.

Además, la composición del grupo influye significativamente en la inversión individual y la acción colectiva, revelando la explotación por parte de los distintos miembros de la cuadrilla. Tales incitaciones asocian mecanismos de control, principalmente por parte del pulpo, que golpea a los peces que no colaboran adecuadamente en la batida. Este es un comportamiento que sin duda refuerza su posición como líder. Estas acciones ayudan al pulpo a mantener los beneficios que recibe de sus socios colaboradores.

Esta investigación demuestra que el gran pulpo azul, por lo demás solitario, exhibe una notable competencia social y flexibilidad cognitiva, y es capaz de adaptar su comportamiento en respuesta a las acciones de diferentes especies. "Estos resultados —dice Sampaio— amplían nuestra comprensión del liderazgo y la sociabilidad, y enfatizan la complejidad y la adaptabilidad de las interacciones sociales en la naturaleza».▪️

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