¡Aparece un lobo oscuro en el firmamento!

Coincidiendo con la festividad de Halloween, el Observatorio Europeo Austral (ESO) saca a la luz la espeluznante imagen de una nebulosa oscura que crea la ilusión de una silueta similar a la de un lobo sobre un colorido telón de fondo cósmico.

Por Enrique Coperías

Nebulosa del Lobo Oscuro, en la constelación de Escorpio. Crédito:  ESO/VPHAS+ team

Alojada en la constelación de Escorpio, cerca del centro de la Vía Láctea en el cielo, la nebulosa del Lobo Oscuro se encuentra a unos 5300 años luz de la Tierra. La nueva instantánea, captada en una imagen de 283 millones de píxeles por el VLT Survey Telescope (VST), instalado en el Observatorio Paranal del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile, ocupa un área en el cielo equivalente a cuatro lunas llenas, pero en realidad es parte de una nebulosa aún más grande llamada Gum 55.

Si te fijas bien y dejas volar la imaginación, el lobo podría ser incluso un hombre lobo, con las manos listas para agarrar a los transeúntes desprevenidos..

Si piensas que la oscuridad es lo mismo que el vacío, estás muy equivocado. Las nebulosas oscuras son nubes frías de polvo cósmico, tan densas que oscurecen la luz de las estrellas y otros objetos que se encuentran detrás de ellas. Como su nombre indica, a diferencia de otras nebulosas, no emiten luz visible.

Los granos de polvo que hay en su interior absorben la luz visible y solo dejan pasar la radiación en longitudes de onda más largas, como la luz infrarroja. La comunidad astronómica estudia estas nubes de polvo congelado porque a menudo contienen nuevas estrellas en formación.

El lobo oscuro destaca ante las nubes de formación estelar que brillan detrás de él

Por supuesto, rastrear la presencia fantasmal del lobo en el cielo solo es posible porque contrasta con un fondo brillante. Esta imagen muestra con espectacular detalle cómo el lobo oscuro destaca sobre las brillantes nubes de formación estelar que hay detrás de él. Las coloridas nubes están formadas principalmente por gas de hidrógeno, y brillan en tonos rojizos, excitado por la intensa radiación ultravioleta de las estrellas recién nacidas que prosperan en su interior.

Este collage destaca algunos detalles dentro de la enorme nebulosa del Lobo Oscuro, como la cabeza del lobo, que se ve aquí en la imagen superior central. Los pilares de las imágenes de la derecha se forman cuando la intensa radiación de las estrellas jóvenes se encuentra con densas bolsas de polvo y gas. Esta radiación erosiona y arrastra el material más ligero que rodea estas densas bolsas, lo que crea estas estructuras en forma de pilar. Crédito: Equipo ESO/VPHAS

Algunas nebulosas oscuras, como la nebulosa del Saco de Carbón, se pueden ver a simple vista —y juegan un papel clave en la forma en que los primeros pueblos nativos interpretaron el cielo—, pero no es el caso del Lobo Oscuro. Esta imagen fue creada utilizando datos del VLT Survey Telescope, que está equipado con una cámara especialmente diseñada para cartografiar el cielo del sur en luz visible.

La imagen se compiló a partir de imágenes tomadas en diferentes momentos, cada una con un filtro que deja entrar un color de luz diferente. Todas fueron captadas durante el sondeo VPHAS+ (VST Photometric Hα Survey of the Southern Galactic Plane and Bulge, sondeo fotométrico en Hα del plano y bulbo galácticos del cielo austral con el VST), que ha estudiado unos 500 millones de objetos en nuestra Vía Láctea.

Sondeos como este ayudan a la comunidad científica a comprender mejor el ciclo de vida de las estrellas dentro de nuestra galaxia, y los datos obtenidos se hace públicos a través del portal científico del ESO. Explora este tesoro de datos tú mismo: ¿quién sabe qué otras formas espeluznantes descubrirán en la oscuridad? ▪️

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